Si partimos de la idea de que la Prevención de Riesgos Laborales tiene la finalidad de evitar daños sobre la salud de las personas, y según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social en el sector de la construcción durante el periodo comprendido entre noviembre de 2013 y diciembre de 2014, se han producido 41.247 accidentes de trabajo, de los cuales 67 han sido mortales y 503 graves, debemos pensar que algo está fallando en nuestros sistema preventivo establecido para el sector de la construcción. Pues sí, en este artículo técnico vamos a analizar los fallos y consecuencias más comunes a la hora de abordar un plan de seguridad y salud, o sea, la especificación de medidas que cada contratista está obligado a elaborar, y por supuesto a ejecutar, aplicando a los trabajos que va a desarrollar las previsiones de seguridad y salud contenidas en el Estudio de Seguridad y Salud facilitado por el promotor de una obra.
Pero haciendo una reflexión lógica, y desde nuestra experiencia como profesionales de la seguridad y salud en el trabajo, nos podemos preguntar, ¿realmente el plan de seguridad y salud constituye hoy en día el elemento principal para evitar los accidentes en el puesto de trabajo “real” de un trabajador, o por el contrario es simple “papeleo” y parte del proyecto de una obra?. Por todo ello, siempre debemos de partir de la siguiente idea a la hora de redactar, si somos parte de la empresa contratista, o de aprobar, si somos el coordinador de seguridad y salud en fase de ejecución de la obra: “Menos documentación y más implantación, por lo que el éxito está en la sencillez y comprensión”, lo que quiere decir, es que la primera idea es abordar el plan de seguridad y salud como lo que legalmente es, es decir, el instrumento real con el que vamos a contar para ejecutar los trabajos con seguridad, por lo que si va a ser la “biblia” de la obra de construcción, todo lo que contenga tiene que ser fehaciente, real y coherente, por lo que vamos a evitar realizar un “copia y pega” de otros planes o la realización de planes genéricos donde no se incluyan las peculiaridades de nuestra obra. Por ejemplo, dentro de mi experiencia profesional y que por desgracia es habitual, nos podemos encontrar incongruencias entre lo que está plasmado en el plan y la realidad, como por ejemplo instalaciones eléctricas provisionales de obras distintas a las reflejadas en el plan de seguridad y salud, ubicaciones distintas de los cuadros eléctricos, inexistencia de la evaluación de riesgos laborales dentro del plan, falta de maquinaria o equipos de trabajo utilizados en obra pero no contemplados en el plan, inexistencia de protocolo de designación de recursos preventivos, etc.
Una vez dicho esto, en reiteradas ocasiones he tenido la siguiente consultar por parte de numerosos coordinadores de seguridad y salud: ¿Es necesario que un plan de seguridad y salud contenga una evaluación de riesgos laborales incluyendo todas las fases de la obra y maquinaria y equipos de trabajo a utilizar?. Pues la respuesta es sí, encontrando su fundamento jurídico en el artículo 7.3 del Real Decreto 1627/1997 “En relación con los puestos de trabajo en la obra, el plan de seguridad y salud en el trabajo a que se refiere este artículo constituye un instrumento básico de ordenación de las actividades de identificación y, en su caso, evaluación de los riesgos y planificación de la actividad preventiva a las que se refiere el Capítulo II del Real Decreto por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención”.
Por todo ello, es muy importante que en el plan de seguridad y salud no aparezcan riesgos sólo enumerados en cada fase de la obra como en la mayoría de los planes se suelen ver, sino que hay que evaluar esos riesgos, basados en una metodología dónde se establezcan la probabilidad, consecuencia y valoración de los mismos. Asimismo, es fundamental para que lo plasmado en el plan sea real, que en la planificación preventiva que incluyamos dentro del plan se designen los responsables con nombres, apellidos y documento nacional de identidad y los recursos humanos y materiales necesarios para su ejecución, así como las fechas reales de implantación de medidas, retirada de protecciones, señalización, etc. Todo ello nos garantizará que se lleven a cabo dependiendo la valoración que hayamos hecho que se vayan ejecutando las medidas preventivas ordenadas en el tiempo dependiendo de urgencia de las mismas.
Otra cuestión importante a tratar, la presencia de los recursos preventivos en obras de construcción, que es cierto que de sobra es conocido por los técnicos cuando son necesarios, pero en ocasiones podemos comprobar se incluyen en el plan la “actas de designación”, pero no se describe cuando son necesarios. Por ello decir que es fundamental que es el propio plan de seguridad y salud quién debe determinar la forma de llevar a cabo la presencia de recursos preventivos, ya que la mera presencia se considera una medida preventiva complementaria que tiene como finalidad vigilar el cumplimiento de las actividades preventivas previstas en el plan, conforme al artículo 22 bis punto 4 del Real Decreto 604/2006. Esto nos va a garantizar, primero que el recurso preventivo tiene que estar cuando tiene que estar, es decir, en las fases de la obra que nos indica la ley, y segundo que se van a cumplir todas las medidas que hemos evaluado en el citado plan de seguridad y salud. Si esto no ocurriese, sería responsabilidad directa del recurso preventivo. De hecho en la actualidad hay numerosas sentencias donde se condena al recurso preventivo por no existir medidas de seguridad necesarias como por ejemplo las siguientes: AP Madrid 26-01-07, EDJ 62022 o AP Jaén 20-12-06 EDJ 435255. Por ello es fundamental la sensibilización e involucración de nuestros recursos preventivos.
Para terminar, quiero citar un tercer error que nos encontramos muy comúnmente, y hace referencia a la coordinación de actividades empresariales dentro nuestra obra. Según mis experiencias, a lo largo de mi trayectoria profesional un error muy común cuando entra una subcontrata a nuestra obra, es que generalmente se firma toda la documentación necesaria, como por ejemplo el acta de adhesión al plan de seguridad, se rellena y firma el Libro de Subcontratación, nos entregan documentación sobre sus trabajadores que previamente le hemos solicitado mediante una lista de chequeo, etc., pero ¿realmente nos aseguramos que la información del plan de seguridad y salud llegue, y por lo tanto la cumplan, los trabajadores de las empresas subcontratistas?. La respuesta en la mayoría de los casos es NO. Por tanto, es fundamental que en el propio plan se introduzca un procedimiento de coordinación de actividades real, donde con anterioridad al comienzo de los trabajos por parte de cualquier subcontrata, se mantenga una reunión de seguridad y salud donde se le explique a los trabajadores cuales son los riesgos, medidas preventivas, medios de protección colectiva, etc. establecidos en el plan de seguridad y salud para su fase de la obra.
Aunque con anterioridad he citado sólo 3 de los errores más comunes encontrados (inexistencia de evaluación de riesgos laborales, ausencia de determinación de los recursos preventivos en el propio plan y falta de información a los trabajadores de las empresas subcontratadas), hay que ser conscientes que existen muchos más como por ejemplo la generalización de los equipos de protección individual, no apareciendo las normas UNE de los mismos en el plan, listas de chequeo inadecuadas para el tipo de obra o excesivas, no inclusión de procedimientos de trabajo o ausencia de documentación gráfica.
Para ello es importante que partamos de la idea de que la Prevención de Riesgos Laborales no es sólo cosa de técnicos, sino que los mandos intermedios, encargados de obra y recursos preventivos es el pilar fundamental para la aplicación real de las medidas preventivas, por lo que deben involucrarse en las reuniones de seguridad y salud, así como en el control de acceso de trabajadores y documentación de la obra.
En definitiva se trata de que el plan de seguridad y salud de la obra no quede en papel mojado, siendo ésta la única forma de bajar las cifras de siniestralidad laboral que hemos citado al comienzo del artículo en el sector de la construcción, ya que el objetivo es “Tolerancia 0 con los accidentes en el trabajo” , recordando que aunque solo hubiese un accidente sería consecuencia de que algo hemos hecho mal, ya que los accidentes nunca son casuales sino causales.
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