La Agricultura es uno de los sectores con mayor siniestralidad tanto en los países en vías de desarrollo como en los industrializados. De hecho, se considera uno de los sectores más peligrosos1 junto con minería y construcción.
Garantizar la seguridad y la salud en el lugar de trabajo es, además de una obligación legal, un principio humanitario y económico. La Sección Internacional de la AISS sobre Prevención en la Agricultura, fundada en 1969, promueve la prevención de accidentes para todas las personas que trabajan en agricultura, ganadería, horticultura y silvicultura.
Los objetivos de la Sección son:
- promover el intercambio de información entre las autoridades involucradas en la prevención en el sector;
- organizar reuniones técnicas en forma de simposios o mesas redondas, así como comisiones técnicas y grupos de trabajo;
- llevar a cabo investigaciones y estudios;
- desarrollar programas de formación y divulgación;
- crear y publicar soluciones preventivas para obtener resultados prácticos;
- iniciar medidas de prevención intersectoriales en cooperación con otras secciones de la AISS.
La Sección de Agricultura de la AISS realiza análisis de diversos aspectos de la seguridad y salud en la Agricultura, especialmente en lo que respecta a los riesgos relacionados con el uso de maquinaria y equipos agrarios, así como los derivados del uso de productos peligrosos en el trabajo. Promueve un comportamiento más seguro en el trabajo y ha publicado recomendaciones concretas para la prevención de accidentes de trabajo, enfermedades profesionales y otros daños a la salud relacionados con el trabajo.
Visión Cero o Vision Zero es un proyecto de seguridad vial multinacional que busca lograr un sistemas de tránsito sin muertes o lesiones graves. Empezó en Suecia y fue aprobado por su parlamento en octubre de 1997. Un principio básico de la visión es que ‘la vida y la salud nunca pueden ser intercambiadas para otros beneficios dentro de la sociedad’ en vez del principio convencional de comparar los costos y beneficios de forma que se le asigne un valor monetario a la vida y salud y se utilice ese valor para decidir cuánto dinero invertir en un sistemas de tránsito con un riesgo aceptable.