En las dos últimas décadas el interés por la ergonomía participativa ha ido aumentando paulatinamente en muchos países, aunque en España es todavía una práctica poco conocida (García AM et al, 2009). Si bien no existe una única definición del término ergonomía participativa, la definición de Wilson (1995) es probablemente de las más citadas en la literatura.
«Estrategia para implicar a las personas en la planificación y control de una parte significativa de su trabajo, con el suficiente conocimiento y poder para influir en los procesos y sus resultados con el fin de alcanzar objetivos deseables» (Wilson, 1995)
En definitiva, la ergonomía participativa es una manera de gestionar una parte significativa del trabajo, involucrando a todas las personas que puedan estar implicadas.
La ergonomía participativa aporta una serie de beneficios verificados en las experiencias desarrolladas a nivel internacional:
- Potencia la integración de la prevención en la empresa, mejorando la cultura preventiva.
- Mejora la sensibilidad y el conocimiento de los trabajadores en relación al riesgo ergonómico, aumentando su capacidad para proponer medidas preventivas eficaces.
- Aumenta la productividad con la mejora de las condiciones ergonómicas del puesto de trabajo y la motivación de las personas que participan en la experiencia
- Mejora la comunicación entre los trabajadores y la dirección y, con ello, las relaciones laborales.
- Reduce la exposición a factores de riesgo mediante la ejecución de medidas preventivas consensuadas entre el colectivo de personas que desempeñan el trabajo.
- Permite el desarrollo de nuevos procesos y nuevos diseños en entornos de trabajo y actividades, adoptando un enfoque participativo, ágil, dinámico e integrado en la política de gestión de riesgos laborales de la empresa, incorporando dicha gestión en cualquier actividad y departamento de la empresa.
- En un buen número de ocasiones facilita la adopción de medidas de bajo coste económico, efectivas frente al riesgo ergonómico y bien aceptadas por los trabajadores. La mayoría de los costes asociados a la experiencia en ergonomía participativa son el “tiempo de dedicación de las personas”, en lugar de los asociados a soluciones a nivel técnico, adquisición de equipos y herramientas, etc.
En definitiva, esta nueva fórmula permite optimizar la inversión económica, mejorar la productividad, satisfacción y motivación laboral, así como conseguir su objetivo fundamental que es evitar los TME de forma más eficaz y eficiente.
Fuente: NTP: 1.137