Autor: Antonio COSTA TAVARES – Cascais – Lisboa – Portugal
En este artículo partimos de una premisa: trabajar es sin duda mejor para la salud psicológica y social del individuo, en particular como trabajador, que estar realmente desempleado. Pero la falta de salud psicológica y social en el lugar de trabajo tiene un costo humano relevante, y un impacto inconmensurable en la organización, la sociedad y la economía con importantes costos directos e indirectos.
Al hablar de riesgos psicosociales, debemos abordar el concepto: según el sistema OSHA, 2007, se entiende por riesgos psicosociales “todos los aspectos relacionados con el desempeño del trabajo, así como la organización y gestión y los contextos sociales y ambientales, que tienen la potencial para causar daño físico, social o psicológico”.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “los riesgos psicosociales en el trabajo consisten, por un lado, en la interacción entre el trabajo, su entorno, la satisfacción laboral y las condiciones físicas de la organización, y, por otro lado, en la capacidades del trabajador, sus necesidades, su cultura y su situación personal fuera del trabajo que, a través de percepciones y experiencias, pueden influir en la salud, el desempeño y la satisfacción laboral”.
Dicho esto, combinando estos dos conceptos, podemos evocar algunas causas organizacionales y ambientales que contribuyen a la aparición de riesgos psicosociales:
- Estrés laboral, social y familiar;
- Acoso laboral (victimización y humillación);
- Situaciones de agresividad y conflicto laboral;
- Altas exigencias profesionales sin que el trabajador cuente con las competencias y/o formación adecuadas para tal fin;
- Dificultades para conciliar la vida laboral y familiar;
- Aumento de la carga de trabajo, que puede llevar al trabajador a situaciones de fatiga, dolores de cabeza y patologías musculares y articulares;
- Baja apreciación de su rol o subutilización de sus habilidades;
- Falta de autonomía;
- Horarios de trabajo largos e impredecibles;
- Trabajo por turnos;
- Falta de ergonomía en el lugar de trabajo (disposición desordenada y/o congestionada, iluminación deficiente, polvo, incomodidad térmica, ruidos molestos, entre otros) que conducen a una disminución de la concentración ideal para trabajar;
- Manipulación de máquinas peligrosas que presenten un riesgo potencial de accidente;
- Liderazgo disfuncional, mal preparado, arbitrario, confuso y sin perfil para organizar y dirigir los recursos humanos;
- Problemas de comunicación (formal e informal);
- Situaciones de discriminación y vergüenza;
- Falta de reconocimiento profesional;
- Remuneración por debajo de las expectativas formadas en relación con un determinado desempeño;
- El trabajo precario y la precariedad laboral provocan situaciones de estrés e incertidumbre sobre el futuro del trabajo.
Estas y otras causas de riesgo psicosocial generarán, en el mediano y largo plazo, consecuencias variadas y heterogéneas para los trabajadores y la organización:
A nivel psicologico
- Depresión, ansiedad, pesimismo, agotamiento, insomnio, angustia, cansancio mental, cambios de humor, etc.;
A nivel fisiológico
- Somatización (síntomas gastrointestinales, cardiovasculares, sexuales y neurológicos), insomnio frecuente, disminución de la micción, etc.;
A nivel conductual
- Situaciones de aislamiento social, agresiones verbales y físicas, conflictos comunicativos
A nivel organizacional
- A nivel organizacional, las consecuencias también son perjudiciales:
- Marco de desmovilización y desmotivación;
- Aumento del ausentismo y presentismo;
- Pérdida de calidad en el servicio prestado;
- Aumento de la facturación;
- Disminución de los niveles de desempeño y productividad;
- Aumento de incidentes y accidentes de trabajo;
- Aumento de costos relacionados con la entropía sistémica de la organización;
- Clima organizacional deteriorado y desgastado;
- Mal ambiente de trabajo (competencia negativa, relaciones interpersonales tóxicas, desconfianza entre compañeros y superiores), etc
Intervención psicosocial
Tras obtener el diagnóstico de la situación (identificación de los problemas, población cubierta e indicadores, por ejemplo a través de una encuesta anónima), se deben programar las acciones necesarias de forma interdisciplinar para eliminar o reducir los riesgos detectados:
1 – Intervenir a nivel de los trabajadores
- Preparación del trabajo en grupo (reuniones de lluvia de ideas, por ejemplo);
- Enriquecimiento y rotación de tareas;
- Acciones formativas en el área conductual;
- Modificación del tiempo de trabajo, gestión de tiempos de ejecución compartidos y validados entre empleado y supervisor;
- Fomentar prácticas de relajación y otras prácticas saludables (paseos, actividades culturales y musicales, entre otras);
- Y, sobre todo, concienciar a los trabajadores de que cuando dejen la organización deben apagar el cerebro y centrarse en las actividades extralaborales.
2º – Intervenir a nivel de gestión y estilo de liderazgo
- Fomentar la buena comunicación oral o interpersonal a través de reuniones y grupos de trabajo;
- Visitas a otras organizaciones para intercambiar información y mejores prácticas;
- Promoción de actividades formativas, congresos y jornadas;
3º – Intervenir a nivel organizacional
- Potenciar la comunicación asertiva y positiva;
- A nivel de organización del trabajo, redefiniendo circuitos de comunicación, rediseñando organigramas, reestructurando organigramas de acuerdo a la estrategia definida;
- Capacitar a líderes y mandos intermedios en técnicas de liderazgo y manejo de conflictos;
- Seleccionar los perfiles adecuados para posiciones de liderazgo y/o gerente;
- Escuchar a los trabajadores, comités de trabajadores y otras estructuras de igual representación;
- Invertir en seguridad y salud en el trabajo, ergonomía, psicología del trabajo y trabajo social
Conclusión
Enfermarse emocionalmente en el lugar de trabajo es un costo relevante, tanto para el trabajador como para la organización, como se describió anteriormente. El sufrimiento laboral no se manifiesta por signos o síntomas objetivamente medibles. Los trabajadores víctimas de riesgos psicosociales suelen manifestarse tardíamente, provocando, además de su sufrimiento personal, también sufrimiento familiar, materializado en enfermedades físicas como dolores musculares o hipertensión y enfermedades mentales como depresión o burnout.
Corresponde entonces al alta dirección garantizar una intervención en el contexto laboral evaluando y actuando sobre los factores psicosociales involucrando a todas las partes en un único objetivo común: hacer que el lugar de trabajo sea más saludable y seguro.
A.Costa Tavares
Técnico Superior de Seguridad, Higiene y Salud en el Trabajo
Entrenador, conferencista y consultor en materia de SST
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