
Los recintos confinados son un tipo de lugar de trabajo que por sus características de peligrosidad se consideran una zona de riesgo grave y específico en el que pueden tener lugar accidentes de gran gravedad. El acceso a dichas zonas es esporádico y suele efectuarse para operaciones de corta duración y no planificadas, como por ejemplo: construcción, limpieza, mantenimiento, inspección o rescate. Esto hace que sea necesario adoptar medidas preventivas específicas y otras precauciones que pretenden abordarse en este apartado.
Desde la vertiente de la seguridad y salud laboral, se entiende por “espacio confinado” aquel recinto con aberturas limitadas de entrada y salida, sin ventilación o con ventilación natural desfavorable, donde se pueden producir atmósferas peligrosas, ya sea por acumulación de contaminantes tóxicos o inflamables o por deficiencia de oxígeno, y donde se realizan intervenciones puntuales que nunca conllevan una ocupación del espacio continuada en el tiempo por parte del personal. También se consideran espacios confinados aquellos en los que se puede producir una inundación o derrumbamiento repentino.