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febrero de 2015 // 21 laborales pueda contribuir a la incorporación al mercado laboral, se produce una discrepancia entre los de mayor rango y los de menor rango. Los primeros consideran que no influye para ello, y los de menor rango consideran que si influye. Pues estos últimos consideran que el hecho de poseer ciertos conocimientos puede contribuir a entrar en el mercado laboral. Esta afirmación nos conduce a la idea de que el eslabón jerárquico con respecto a la prevención no está funcionando, pues son los trabajadores de menor rango los que más importancia le están dando al conocimiento de los riesgos inherentes a su trabajo y las medidas a adoptar. Aunque, por otro lado, también puede ser lógico pensar que debe existir esta diferencia, ya que los trabajadores de inferior rango se enfrentan a un mayor número de riesgos que los trabajado-res de mayor rango. Los trabajadores de mayor rango prefieren la mo-dalidad a distancia frente a la presencial, lo cual se debe a que poseen gran destreza con el ordenador y pueden administrar mejor su tiempo (no tienen que desplazarse todos los días que dure el curso). Y por el contrario, en los trabajos de menor rango los riesgos más importantes son físicos. A ello se une que estos trabajadores no responden a la pre-gunta sobre la preferencia entre la modalidad pre-sencial o a distancia, ya que el manejo que poseen con el ordenador es casi inexistente. Muy pocos poseen ordenador, y la inmensa mayoría no saben usarlo. Esta tendencia va disminuyendo conforme nos vamos acercando a trabajadores más jóvenes de edades comprendidas entre los 20 y 30 años. También podemos ver que la mayoría de puestos de menor rango son cubiertos por trabajadores con graduado escolar o ESO, mientras que los administrativos y los de mayor rango tienen, como mínimo, una carrera universitaria. A ello también se une el mayor dominio del uso de las nuevas tecnologías. El colectivo más insatisfecho es el de los trabaja-dores polivalentes, ya que estos trabajadores ha-cen todo tipo de funciones y no tienen la suficiente autonomía para decidir cómo hacerlo y cuándo. Conforme aumenta la autonomía que tiene cada trabajador dentro de su categoría aumenta tam-bién su satisfacción en el trabajo. Por último, y no por ello siendo de menor impor-tancia, cabe destacar el gran número de trabaja-dores extranjeros. Estos trabajadores, la mayoría no cualificados o de baja cualificación, se encuen-tran desempeñando los puestos objeto de estudio. A consecuencia del bajo dominio del idioma, de la formación base que poseen o cultura preventiva de su país de origen, a diario refuerzan las dificulta-des anteriormente referenciadas. Por lo tanto, debido a estas conclusiones acerca de la metodología empleada en la actualidad para la formación, sería necesario proponer soluciones creativas para fomentar el interés de los trabaja-dores en la formación que han de recibir durante su vida laboral y con la finalidad de conseguir una mejora en la conducta segura del trabajo. En la actualidad se está incidiendo en la posibili-dad de implementar, y posteriormente fomentar, la cultura preventiva de Prevención Riesgos Labora-les desde la enseñanza secundaria obligatoria. Así, se asimilaría a la que se realiza con otras disci-plinas como por ejemplo seguridad vial, con una partición activa de profesores y alumnos. En primer lugar, se observa que la enseñanza escolar está prácticamente igual que desde hace años. No se aprecian mejoras significativas, ya que se siguen usando las mismas mesas y sillas desde hace años, las cuales no se pueden adaptar a la anatomía propia de cada alumno ni de cada docente. También se observan pizarras de tiza que podrían ser sustituidas por pizarras blancas de rotulador o las tecnológicas pizarras digitales. Si ampliáramos la realización del estudio realizado y le preguntásemos a los docentes si hay proble-mas de salud laboral y Prevención de Riesgos Laborales, la gran mayoría dirían que no los hay. Pues realizando una comparativa con otros sec-tores Sería necesario proponer soluciones creativas para fomentar el interés de los trabajadores en la formación que han de recibir durante su vida laboral y con la finalidad de conseguir una mejora en la conducta segura del trabajo. bastante más problemáticos, como por ejem-plo el que ha sido motivo de estudio en el presente artículo donde hay más de mil muertes anuales a consecuencia del trabajo, se llegaría a la conclu-sión anteriormente referida. Pero si profundizamos en estas afirmaciones de los docentes consulta-dos podríamos verificar que esto no es cierto. Es más, podríamos afirmar de forma positiva que hay problemas relacionados con las condiciones de trabajo. Esta es la sensación que todos llevamos interio-rizada desde la infancia o estudios primarios, que vemos que no ha evolucionado con el paso de los años de forma paralela a la tecnología. Es algo que se refleja en todos los sectores dónde realizamos nuestro trabajo diariamente y concretamente en el sector de la construcción pero que es contra-dictorio a la salud laboral. Esta contradicción se debe a la falta de cultura preventiva y a la correlación directa entre el índice de mortalidad, la salud laboral y la prevención de riesgos laborales. 


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