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septiembre de 2015 // 19 Sin profundizar en los valores de retorno de la inversión (ROI) asociados a los programas como TWH sí podemos indicar que los más optimistas llegan a situarlo en torno a 6:1 por cada dólar / euro invertido. Los demás contenidos se centraron en explicar qué se puede hacer y cómo conseguirlo, no en subterfugios legales sobre la conveniencia o no de su aplicación. Nadie cuestionó si la ley les obligaba o no a adoptar medidas en este terreno. 3 De entrada se mostró la necesidad de trabajar en equipo con personal de diferentes disciplinas que compartiesen objetivos comunes y trabajasen codo con codo, partiendo de políticas de empresa claras respaldadas y lideradas por la Dirección. 4 Planificasen las acciones pormenorizadamente e incorporando presupuestos e indicadores de desempeño para valorar la idoneidad de las ac-ciones emprendidas. Enfoque racional y realista desde el principio. 5 Los datos se basasen en evidencias científicas. No hubo dogmas, sólo resultados de investiga-ciones realizadas en áreas relacionadas, publica-das en revistas de gran impacto y por equipos de investigación reconocidos. Se incluyeron meta-análisis de publicaciones, lo que redujo el ruido de fondo producido por hallazgos ocasionales. Posteriormente, al regresar a España aumentó la sorpresa, ya que se me ocurrió preguntar por estas cuestiones a empresas y responsables de implantar programas similares, llegando justo a las mismas conclusiones pero a la inversa: en general ni se planifica, ni se mide, ni se integra, ni se presu-puesta. O cuando menos no se hace con el mismo rigor y transparencia. Si preguntaba por indica-dores, las respuestas eran vagas. Las acciones que se describían en congresos y foros públicos solían mostrarse como puntuales, no sostenidas en el tiempo, sin indicadores que permitan trazar y evaluar si se han alcanzado los objetivos marcados inicialmente, sin un análisis coste-beneficio previo, con un marcado enfoque a “crear imagen”, a cargo de “equipos” constituidos por muy pocas personas y con escasa multidisciplinariedad (los de prevención de riesgos laborales, entre 1 y 4 personas según la empresa). De modo que aún hay un amplio mar-gen de mejora en nuestro país, pese a que muchas organizaciones e individuos vienen haciendo un esfuerzo importante. ¿NUEVOS RETOS EN ESPAÑA? Sin profundizar en los valores de retorno de la inver-sión (ROI) asociados a los programas como TWH, dado que no existe una referencia universalmente aceptada para su cálculo, sí podemos indicar que los más optimistas llegan a situarlo en torno a 6:1 por cada dólar / euro invertido. Tengan en cuenta que en general son resultados obtenidos en los Estados Unidos, donde el sistema de salud es muy diferente al nuestro. Sin embargo se considera demostrado que el ROI en cualquier caso es rel-evante. Y especialmente cuando se calcula asociado al efecto de los programas sobre el absentismo (que produce su disminución) y el presentismo (que también disminuye, entendido como el hecho de acudir a trabajar estando enfermo o no en óptimas condiciones). Ambos conceptos son susceptibles de estudio en profundidad también en España. Con estos datos, y dado que la pérdida de salud en países como el nuestro es una tendencia muy im-portante (enfermedades crónicas, percepción del estado de salud, enfermedades mentales,…) y que nuestros recursos económicos son reducidos, es posible que no podamos permitirnos ignorar este tipo de programa dada su repercusión personal, social, sanitaria y económica sobre a población y las organizaciones. Y por introducir un elemento aún más globalizador: ¿se imaginan incorporar al concepto de TWH el aspecto medioambiental? Es decir, sabemos que el medio ambiente que nos rodea ejerce un efecto sobre nuestra salud a través de, por ejemplo, la contaminación atmosférica, o la contaminación de las aguas, o el cambio climático. ¿Podemos ignorar estos hechos si queremos abordar de manera inte-gral la salud de la población para mejorarla?  ALGUNAS IDEAS CLAVE EN EL DISEÑO DE PROGRAMAS DE SALUD La mayor parte de las referencias sugieren que, para llevar a buen término cualquier ini-ciativa en integración de la salud y la seguri-dad en la empresa, es esencial:  Implicar a los líderes a todos los niveles.  Alinear estratégicamente las acciones con los valores y objetivos de la empresa.  Llevar a cabo un diseño de las acciones de calidad, relevante y de amplio alcance.  Que las acciones sean accesibles para todos.  Crear cauces de colaboración interna (otros departamentos) y externa (otras entidades).  Comunicación efectiva para transmitir un mensaje claro.


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