
La Estrategia Global para el Empleo de las Personas Trabajadores de Más Edad (Estrategia 55 y más) constituye el instrumento para establecer el marco general de las políticas que se dirijan a favorecer el empleo de las personas de más edad, considerándose como tales a los trabajadores de más de 55 años, sin perjuicio de que terminadas medidas que se incluyen en la Estrategia puedan tener una edad de aplicación más temprana.
Las líneas de actuación relacionadas con las condiciones de trabajo de las personas trabajadores mayores de 55 años, con particular atención a la seguridad y salud en el trabajo:
Jornada de trabajo
Según la VI Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo se observa una gran rigidez en los horarios del colectivo de trabajadores de entre 55 y 64 años. Esto unido al hecho de que la influencia del trabajo en la salud se acentúa en los trabajadores de más de 55 años, obliga a considerar que una mayor flexibilidad en la organización del trabajo permitiría a este colectivo retirarse progresivamente de la población activa reduciendo su jornada laboral y evitando que tengan que cesar completamente su actividad.
Hasta la fecha, la jubilación parcial es la única opción que la legislación laboral contempla para que los trabajadores con menos de 65 años flexibilicen su jornada laboral y vayan abandonando de forma gradual y progresiva el mercado de trabajo.
Esta fórmula presenta una serie de rigideces así como una cierta dificultad jurídica para su realización, ya que, entre otros, se requiere la formalización de un contrato de relevo.
Es base a lo anterior, y con finalidad de dar una respuesta más amplia a la diversidad de situaciones que se producen en el mercado de trabajo, parece pertinente estudiar la viabilidad jurídica, económica y social de establecer en la legislación laboral un derecho a la reducción de jornada, con la consiguiente reducción proporcional del salario, de las personas trabajadoras mayores a partir de una determinada edad.
Evaluación de riesgos, vigilancia de la salud, formación e información para la seguridad y salud en el trabajo de las personas trabajadoras de más edad
De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de la Salud (MSCPS), a partir de los 55 años, la población es más vulnerable a una serie de procesos patológicos directamente relacionados con el propio envejecimiento y las patologías degenerativas consustanciales con aquél y reflejo, por otra parte del efecto acumulado a largo plazo de los estilos de vida poco saludables (alta prevalencia de artropatías, degenerativas, hipertensión, etc.).
Además, una persona que lleva realizando las mismas funciones durante mucho tiempo genera una monotonía en su desempeño que puede tener consecuencias negativas en su salud (tanto en cuanto a un posible exceso de confianza como en relación con otros riesgos psicosociales).
En base a todo lo anterior, se hace necesario explorar vías de actuación como las siguientes:
– De un lado, incidir en la importancia de contemplar en las evaluaciones de riesgo los factores inherentes a la edad y a la antigüedad.
– De otro, y en base a los resultados de dicha evaluación, proceder a una adecuada planificación de la actividad preventiva, que incluya, con carácter prioritario, un programa adecuado de vigilancia de la salud específica en función de los riesgos y adaptada a la edad del trabajador, en la que se tendrán en cuenta, entre otros, los siguientes factores:
- La movilidad limitada de las actuaciones
- La disminución de la fuerza
- Reducción de la capacidad funcional física
- Reducción de la percepción y de la capacidad para tomar decisiones
- Reducción de la capacidad visual
- Reducción de la capacidad auditiva
- Capacidad de reacción ralentizada
Este programa de salud comprenderá asimismo, actividades formativas e informativas, que incluirían, por ejemplo:
- Formación a los trabajadores sobre cómo pueden mantener y promover su propio rendimiento físico y psicológico: estrategias frente a las exigencias del trabajo (gestión del estrés, prevención del agotamiento).
- Información sobre cómo conseguir un buen mantenimiento físico: promoción de buenos hábitos de salud (nutrición o recomendación de prácticas deportivas
Para lograr los objetivos citados se elaborará un documento de recomendaciones del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Se podrán complementar las anteriores acciones con campañas divulgativas.
Movilidad funcional por razones de seguridad y salud en el trabajo
Si de la evaluación de riegos se concluyera que a pesar de llevar a cabo todas las medidas se llegara a la conclusión de que la edad pudiera comenzar a ser un hándicap para que el trabajador desempeñe determinados puestos de trabajo, deberán plantearse todas las opciones posibles, antes de la salida del trabajador del mercado de trabajo.
Entre ellas, como medida preventiva, podrían aplicarse medidas de flexibilidad interna en la empresa, incluyéndose el cambio de puesto de trabajo, ocupando al trabajador en otro puesto exento de riesgo. Para ello se estudiará la posibilidad de contemplar en estos supuestos un derecho a la reubicación similar al tratamiento que la normativa prevé para el supuesto de riesgo durante el embarazo y la lactancia.