
“La implantación de programas de ejercicio físico específico en las empresas es el complemento perfecto para la ergonomía y la solución de bajo coste en Promoción de la Salud con un retorno de la inversión”
La inversión en Salud y Seguridad en el Trabajo (SST) reporta ventajas en las empresas, además de constituir una obligación jurídica y social para ellas. Aún así, las evidencias actuales demuestran que a día de hoy estas medidas no son suficientes y se debe integrar la promoción de la salud como estrategia para mejorar la optimización del rendimiento de la organización. Es por este motivo que la puesta en práctica de un sistema de gestión de SST como estrategia empresarial ofrece un marco eficaz para prevenir o reducir al mínimo los accidentes y enfermedades, consiguiendo ventajas significativas para la inversión en SST de la empresa: aumento de la competitividad, la rentabilidad y la motivación de su activo, los trabajadores.
La introducción de programas de ejercicio físico cómo promoción y prevención de la salud en las empresas es una solución eficiente, lejos de ser una tendencia de moda, que ha demostrado a nivel mundial ser una herramienta capaz de mejorar la calidad de vida de los trabajadores y ofrecer ventajas competitivas a nivel económico para la empresa.
El ejercicio físico como promoción de la salud tiene impactos a tres niveles: fisiológico, psicológico y social. La sensibilización, la concienciación y el aprendizaje de herramientas para mejorar la condición física básica pueden ayudar a prevenir y reducir los costes directos e indirectos en el análisis de coste-beneficio final de la empresa. La mejora de la fuerza o la flexibilidad, el cambio de humor y de hábitos de salud, combinado con la pérdida de peso al integrar otros programas de salud, pueden ser la solución por la mejora de la productividad teniendo trabajadores que rinden más al mejorar su salud y más satisfechos en su lugar de trabajo; además de disminuir las bajas laborales y/o absentismos o presentismos disminuyendo el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles como cardiopatías, obesidad, diabetes, hipertensión, colesterol, etc. Por lo tanto, la mejora de su educación ayuda a trasferir las herramientas aprendidas en su vida diaria, llegando a todas las familias, y creando estados de bienestar.
En el campo de la prevención (SST), el complemento perfecto para la ergonomía y la vigilancia de la salud es la implantación de programas de ejercicio físico específico con el objetivo de disminuir los trastornos músculo-esqueléticos (TME). Los tipos de trabajo vinculados a altos niveles de sedentarismo, estrés, movimientos repetitivos o de carga comportan potenciales riesgos que mediante la aplicación de un ejercicio físico periódico y controlado pueden disminuirse o eliminarse. La nueva visión, es que no solo se debe adaptar el lugar de trabajo al individuo sino que también se debe adaptar al individuo a las características de su lugar y tipo de trabajo. Con la aplicación de ejercicios específicos se busca que los trabajadores tengan la mínima condición física para soportar las cargas de su trabajo, disminuyendo los factores de riesgo de TME y pudiendo realizar eficazmente su función al mismo tiempo que se mejora su estado salud personal. La mejora de la funcionalidad del cuerpo humano, de su sinergia muscular entre cadenas musculares, de su postura, su hipertrofia muscular, dan las condiciones óptimas para la realización de sus tareas dentro la empresa. Por lo tanto, finalmente se disminuye el riesgo de pérdidas económicas causadas por bajas laborales, absentismos y/o presentismos. Muchos estudios demuestran que el coste directo de una enfermedad es inferior a su coste indirecto.
Por estas razones, el impacto de la introducción de programas de ejercicio físico específico en el ámbito laboral no solo mejoran el bienestar de la persona en el trabajo sino que también aumentan la salud de la población, la competitividad y productividad de la empresa, y por consecuente, el coste sanitario del país. Por ejemplo, actualmente el coste de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales oscila en la Europa de los Quince entre el 2,6 % y el 3,8 % del producto nacional bruto.
Para crear programas exitosos es necesario personalizarlos tanto a las necesidades de la empresa como del trabajador, con un seguimiento, estableciendo objetivos individuales medibles, de forma integral y con la implicación/compromiso de la dirección de la empresa y distintos departamentos: RRHH, Prevención de Riesgos Laborales, Servicio Médico y Producción. Estas características hacen estos programas replicables a todos los sectores empresariales del país adaptándose según el tipo de trabajo (tipo de esfuerzo físico).
Por estos motivos, los profesionales aptos para poder implementar programas de “Gimnasia laboral” son los licenciados en LCAFD. Sus competencias respeto a los métodos de entrenamiento del sistema músculo-esquelético, la visión global e integral del cuerpo humano junto con los valores humanos que aporta la práctica del ejercicio en la sociedad, evidencian que por la seguridad en salud y éxito de los programas deben ser este tipo de profesionales formados en LCAFD (Licenciados en Ciencias de la Actividad Física y Deporte).
En conclusión, el mensaje es claro: una buena SST es un buen negocio. Las empresas deberían integrar la SST en su gestión y mejorar la sensibilización al respecto de sus responsables en la toma de decisiones sobre la salud de sus trabajadores. La inversión en una buena SST puede suponer para la empresa un rendimiento de hasta un 12:1 (es decir, 12 euros de beneficio por cada euro que se invierte). ¿A qué están esperando?
La motivación te pone en marcha, el hábito te permite continuar y con la persistencia alcanzas el éxito. SENTIRSE BIEN, PARA TRABAJAR MEJOR.
ESTEL MALLORQUÍ AYACH
Directora de Biwel salud empresarial (España)
Licenciada en CAFD (Ciencias de la Actividad Física y Deporte)
Máster en Actividad Física y Salud
Máster Profesional en Alto Rendimiento en Deportes de Equipo