Una investigación elaborada por un equipo interdisciplinar de la Universidad de Castilla-La Mancha y el Servicio Canario de Salud ha puesto de manifiesto que, por detrás de las enfermedades osteomusculares, la segunda causa de baja laboral la ocupan los trastornos mentales. El trabajo, publicado en el European Journal of Health Economics, ha valorado el impacto económico y social de estos trastornos, constatándose que son muy elevados, a pesar de que este grupo de patologías son la cuarta causa de cuidados informales, es decir, de apoyo prestado por familiares y no por profesionales sanitarios, después de los accidentes cerebrovasculares, las demencias y las enfermedades osteomusculares.
Según Juan Oliva, autor principal del estudio, los trastornos mentales influyen en la calidad de vida y suponen elevados costes socioeconómicos: “En España, este grupo, antepuesto por el cáncer y todos los procesos del aparato circulatorio, son los tres grandes pilares a los que el Sistema Nacional de Salud dedica más recursos sanitarios”.
Además de emplear en este trabajo las unidades de valoración habituales (número de muertes prematuras por estos procesos, hospitalizaciones, consultas médicas y bajas laborales), se incorporó otro indicador: los costes no médicos directos, esto es, los asumidos por quienes pertenecen al entorno afectivo de los enfermos.
“A pesar de que actualmente los gobiernos central y autonómico destinen recursos económicos y humanos a la prevención y tratamiento de trastornos mentales, el coste social oculto, ya sea en pérdidas laborales o en costes de cuidados informales, por ejemplo, supone una carga aún mayor”, dice Oliva.
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