
Preveras y la Asociación Española de Ergonomía organizan las séptimas Jornadas de esta disciplina bajo el lema: El trabajo: valores y victimas, con el objetivo de mostrar la importancia de aquellas disfunciones y riesgos laborales enmarcados en la importante disciplina preventiva denominada Picosociología, y conocida antes de 1997 como Macroergonomía. La naturaleza de estos “peligros psicosociales” esta asociada al termino de factor humano y el desarrollo y práctica de la especialidad preventiva, está ligada a la gestión de los recursos humanos, su influencia en los accidentes de trabajo, el absentismo y otros nuevos riesgos, clásicos pero no reconocidos, que en los últimos años han emergido con fuerza e inquietud sociolaboral dentro de la prevención de riesgos laborales. El trabajo ha de entenderse como fuente de valor (los valores humanos de la acción se transforman en valores económicos de producción) y también como generador de víctimas: trabajadores (accidentes y enfermedades) y empresas, por los elevados costes y absentismo que representan, incluso al Estado.
La prevención primaria sigue siendo, pese a su importancia, la cuestión pendiente en el abordaje de los riesgos derivados de la organización del trabajo. El estrés se asume como algo natural y consustancial a los tiempos actuales, donde el compromiso y la resistencia del trabajador son puestos como referencias para superarlo. El absentismo se está incrementando y es uno de los principales problemas para las empresas y la administración. El burnout crece allí donde los recursos son cada vez mas limitados frente a una mayor demanda y el déficit en la prestación de servicios puede generar actos de violencia. Los daños a la salud que ocasionan estos peligros no atendidos, la falta de motivación y la insatisfacción laboral son, entre otros, factores de riesgo que provocan ausencia reiterada al trabajo. La violencia que se ha convertido en amenaza cotidiana para trabajadores de servicios de transporte, personal de entidades financieras y administrativas, trabajadores hospitalarios, de servicios de seguridad, docentes, etc., no debe silenciarse. La prevención del fenómeno no pasa solo por la elaboración de procedimientos específicos de investigación, el estudio de la cultura organizacional y la identificación previa de posibles agresores. Sin que sea una excusa, la legislación existente en nuestro entorno sobre la materia parece insuficiente y al igual que en otros factores laborales, con un matiz destacadamente dedicado a su tratamiento posterior.
También en el mundo del trabajo se están dando casos de autoviolencia e incremento de los suicidios como respuesta a las malas condiciones de trabajo; sin duda alguna, ha de ser una preocupación para los gestores de las organizaciones. Se deben gestionar adecuadamente los recursos humanos, mejorar el compromiso, aumentar la productividad, disminuir el absentismo, y en resumen eliminar la desconfianza en las relaciones laborales para convertir el trabajo en una vía de satisfacción y desarrollo personal. La natural búsqueda de rentabilidad no debe obviar la necesidad de crear entornos laborales seguros y saludables, dando oportunidades para el desarrollo y realización personal de los trabajadores, y evitando toda situación que ocasione insatisfacción y sufrimiento.
F. Javier Llaneza. Presidente PREVERAS/AEE