Gracias a la información de la Asociación Española contra el Cáncer, dedicaremos este post al segundo cáncer más frecuente entre los hombres, el de próstata, con aproximadamente 899.000 nuevos casos al año en el mundo.
La próstata es una glándula del tamaño de una nuez, que se encuentra detrás de la base del pene, delante del recto y debajo de la vejiga, que envuelve y rodea la primera porción de la uretra. Solo existe en los varones y su función principal es producir y liberar sustancias químicas utilizadas por el organismo.
Por sus características anatómicas cualquier cambio y proceso patológico que se produzca en esta glándula, provocará alteraciones en el momento de la orina (micción).
“El cáncer se origina cuando las células sanas de la próstata cambian, proliferan sin control, y forman una masa denominada tumor.”
Hablamos de tumor canceroso cuando es maligno, lo que significa que puede crecer y diseminarse a otras partes del cuerpo, aunque la mayoría de tumores prostáticos no se diseminan a otras partes del cuerpo.
Con frecuencia puede controlarse con éxito, lo que permite que los hombres con cáncer de próstata vivan con buena salud durante varios años. No obstante, si el cáncer no puede controlarse bien con el tratamiento, puede producir dolor, fatiga y, en ocasiones, la muerte.
Sus signos y síntomas para detectarlo
Los tumores prostáticos suelen evolucionar lentamente y no se perciben en etapas avanzadas del proceso, de hecho pueden pasar años hasta que aparece la sintomatología.
Los síntomas locales:
- Urgencia miccional: imperiosidad miccional o incluso pérdida involuntaria de la orina.
- Aumento de la frecuencia de orinar, tanto por el día como por la noche.
- Dolor y escozor durante la micción.
- Retardo en el inicio de la micción y disminución de la fuerza del chorro miccional o intermitencia del mismo.
- Obstrucción de la uretra por el tumor, que en ocasiones puede provocar retención urinaria (obstrucción).
- Goteo posmiccional.
- Sensación de vaciamiento incompleto de la vejiga.
Existen algunos síntomas generales que suelen aparecer en las fases más avanzadas, como son la pérdida de peso o apetito, dolor óseo localizado, anemia, edemas (hinchazón) en los miembros inferiores e insuficiencia renal.
“Si percibes estos síntomas, debes acudir a un especialista para que te realice pruebas y pueda hacer un diagnóstico cuanto antes.
Prevención y Detección precoz
En la actualidad se conocen factores que parecen poseer cierta relación, pero por falta de evidencia científica, no implican que una persona vaya a desarrollar necesariamente un cáncer de próstata a lo largo de su vida.
Evitar la obesidad, disminuir el consumo de alcohol y suprimir el hábito de fumar representan una actitud muy aconsejable para mantener en buenas condiciones la salud de nuestro organismo.
Factores:
- Edad: aumenta la probabilidad con la edad, especialmente después de los 50 años.
- Raza: el cáncer de próstata presenta grandes variaciones de incidencia según la zona del mundo. (Se desconocen los motivos exactos). Es más frecuente en varones afroamericanos que en varones blancos americanos. En Europa son los escandinavos los que mayor incidencia presentan. En los países del sur como España, Grecia o Italia presentan una tasa de cáncer de próstata más baja. . Los hombres de ascendencia asiática o los habitantes de las islas del Pacífico tienen las tasas más bajas de incidencia y mortalidad.
- Antecedentes familiares: está demostrado que los hombre con antecedentes familiares de primer grado (padre, hermanos) presentan un riesgo dos veces superior.
- Hormonas: el inicio y la progresión del cáncer de próstata están influenciados por los andrógenos (testosterona). Se sabe que estos tumores disminuyen o desaparecen cuando lo hacen los niveles de dicha hormona.
- Dieta: las dietas con alto contenido en grasas podrían aumentar el riesgo de cáncer de próstata. Una alimentación rica en frutas y verduras puede disminuir el riesgo.
“El 75% de los casos con tumor prostático, son personas mayores de 65 años.”
La mejor prevención para el cáncer es la detección precoz. En este caso se utilizan dos pruebas complementarias entre ambas:
- Tacto rectal: palpación a través del recto para detectar cualquier irregularidad en la superficie y tamaño de la próstata.
- Análisis de sangre del PSA (Antígeno Prostático Específico): es una proteína liberada por el tejido prostático, que cuando los niveles aumentan puede significar que hay actividad anormal en la próstata.
Aproximadamente, un 30% de los hombres de más de 50 años presentan focos de tumor en la próstata, sin embargo un 97% de ellos no fallecerá por dicho tumor (diseminación nula).
Por tanto, es importante mantener una actitud prudente respecto a provocar una detección excesiva de este tumor, en concreto con la realización sistemática del PSA. Existe evidencia de sobrediagnóstico y por en consecuencia de tratamiento innecesario a muchos varones que nunca tendrán problemas reales con el cáncer de próstata.
Desde la generalización, es verdad que ha aumentado la incidencia del tumor, pero también la supervivencia, ya que se diagnostican y tratan tumores muy pequeños con un excelente pronóstico, y por la mejora de los tratamientos.
“Recuerda: los síntomas mencionados también aparecen asociados a otras enfermedades (benignas). Antes de asumir que tienes una enfermedad grave, espera a conocer el resultado de las pruebas.”
