
A pesar de que en la precaria situación laboral actual existe miedo por parte de muchos trabajadores a poder ser calificado como de absentista en sus empresas, parece que aun existen actuaciones insolidarias de algunos trabajadores “caraduras” sobre las que el control y seguimiento están resultando eficaces. Sirvan para ejemplo los datos que aparecen en este artículo del diario Sur.es.
En Málaga y según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de la Seguridad Social, la duración media de los procesos de baja por contingencia común ha pasado de los 48,35 días registrados en 2008 a los 31,14 actuales, así como la incidencia de bajas por cada mil asalariados se ha reducido de 31,28 a un 28,40.
A pesar de las criticas recibidas desde los sindicatos UGT y CCOO, la mayor intensidad inspectora es evidente, anticipándose la primera cita con la Inspección y aumentando la frecuencia de dichas convocatorias.
Según el Presidente de la Asociación Malagueña de Medicina Laboral, José Antonio Cardenete, se confirma que la actividad del grupo de valoración de incapacidades se ha intensificado «Hasta ahora rara vez hacían una propuesta de alta antes de los quince días. Hoy, ese periodo se ha acortado». A su juicio, este hecho tiene una parte buena y otra mala. «La positiva es que el típico absentista caradura se lo piensa un poco más. La cara negativa es que pagan justos por pecadores y el que de verdad está incapacitado se encuentra con la puñeta de tener que ir a revisión sin apenas poder”.