
Según una noticia de ABC, el año pasado faltaron cada día a su empleo por estar de baja 1.005.800 trabajadores, es decir como si todos los trabajadores del País Vasco, o Galicia o Castilla y León no hubieran trabajado ni un solo día en todo el año.
El coste directo de este absentismo superó los 8.000 millones de euros: las mutuas de accidentes de trabajo pagaron 3.371 millones de euros en prestaciones, las entidades gestoras de la Seguridad Social asumieron cerca de 2.600 millones y el coste con cargo directo a los empresarios ascendió a 2.100 millones.
Pero según los cálculos empresariales esta cifra asciende a más de 64.000 millones de euros, lo que equivaldría al 6% del Producto Interior Bruto (PIB), si se contabiliza lo que dejaron de producir este millón de trabajadores durante el ejercicio de 2010.