
Finalmente no hubo que celebrar juicio. Los cinco trabajadores de otras tantas empresas que ayer se sentaron en el banquillo de los acusados como responsables de la muerte de un operario de El Musel admitieron ante la magistrada del Juzgado de lo penal número 2 de Gijón los hechos que se les imputaban. Los abogados de los reos aceptaron la condena de un año y medio de cárcel y de una multa de 1.080 euros solicitada por la fiscalía para cada uno de los acusados.
Los hechos ahora enjuiciados en Gijón tuvieron lugar en junio de 2007. El representante del ministerio público asegura que los cinco acusados cometieron entonces un delito contra los derechos de los trabajadores y otro de «homicidio imprudente» al retirar una entibación que servía como protección para un operario de 51 años que trabajaba en las labores de encofrado de la ampliación de la vía férrea del muelle Moliner. El fiscal asegura que momentos antes de la muerte del trabajador «se produjo un desprendimiento de la pared de la excavación» que alcanzó al operario «sepultándole hasta la cintura» y «causándole la muerte por asfixia». La altura del talud desprendido era de unos dos metros.
Para el fiscal la retirada de la entibación «supone un riesgo obvio, eminente y grave» para quienes trabajaban en la zona, por lo que los acusados, que ayer admitieron su culpabilidad, infringieron con esta decisión «la normativa en prevención de riesgos laborales» y lo hicieron además «con conocimiento de que con ello se estaba contraviniendo lo establecido en el plan de seguridad y salud». Después de que los acusados reconocieran los hechos, el fiscal bajó de tres años a uno y medio su petición de cárcel para los imputados.
Fuente: LNE