
Releyendo el Blog Salmón encontramos los datos de un estudio que el Instituto de Estudios Económicos (IEE) dió a conocer a partir de las estadísticas de la OCDE, el cuál concluye que los españoles trabajaron de media durante el año pasado 1.690 horas, una cifra que se sitúa por debajo de la media de los países desarrollados, donde se trabajó 1.776 horas de media.
Si nos comparamos con Alemania resulta que la media allí se sitúa en 1.413 horas anuales, 277 menos que en nuestro país.
Entonces, ¿trabajamos mucho o poco? Pues depende de con quién se compare:
Algunos de los países donde se trabaja menos que en España son Finlandia (1.684 horas), Eslovenia (1.662), Suecia (1.644), Reino Unido (1.625), Luxemburgo (1.601), Austria (1.600), Bélgica (1.577), Irlanda (1.543), Dinamarca (1.543), Francia (1.476) y Países Bajos (1.379).
En el lado opuesto, los países donde la gente pasa más tiempo en su puesto de trabajo son México (2.250 horas), Corea (2.193 horas), Chile (2.047), Grecia (2.032), Hungría (1.980), Polonia (1.937), Estonia (1.924), Israel (1.890), Turquía (1.877), Eslovaquia (1.793) y Estados Unidos (1.787 horas).
Si nos fijamos en los dos grupos y salvando la excepción de Estados Unidos, observamos como los países en los que menos se trabaja son aquellos que están económicamente más desarrollados. Se da a entender además que la productividad de los trabajadores en estos países es alta y se compensan las pocas horas de trabajo con un gran aprovechamiento de las mismas.
¿Y cuál es la conclusión a la que llega el muy recomendable Blog Salmón de todo esto?
Pues que más horas de trabajo no van ligadas a una mayor productividad. En su opinión, ocho horas de trabajo diarias ya son demasiadas, fatigan al trabajador y pueden dar lugar a un bajo rendimiento del mismo. Si a eso le unimos los agotadores horarios de trabajo de los españoles, el cóctel sobre la productividad es letal. Hay que trabajar menos, pero mejor.
Imagen CC Phil & Pam