
Según los doctores Agustín Martínez Ibargüen, profesor de otorrinolaringología y decano de la Facultad de Medicina y Odontología de la UPV y Juan Ignacio Goiria, especialista en medicina del trabajo, en el foro Encuentros con la Salud de El Correo, actualmente la población tiene más problemas de oído que hace 25 ó 30 años, cuando la economía se movía gracias al empuje de la industria pesada. El actual mundo de ocio está llenando las consultas médicas de pacientes que presentan pérdidas de audición «irreparables» por causas que podían haberse evitado con facilidad, siendo especialmente preocupante que los mas perjudicados son los niños. «En una ocasión, tomamos mediciones en dos parques infantiles de Navidad de Vizcaya y el resultado fue alucinante. En un medio laboral está prohibido trabajar con el nivel de ruido que los niños soportan en estos recintos».
Aunque la exposición puntual a un ruido elevado no supone una amenaza. El riesgo se corre cuando uno se sitúa de manera continua ante fuentes sonoras que superan los 85 decibelios, más o menos los que emite una película rodada con sonido ‘surround’ o de alta definición.