
Los meses de verano nos incitan a la relajación y a dejar la mente en blanco, aunque también seguimos con la idea del culto al cuerpo. Y, para ello, hacer deporte es la mejor solución. Pero, ¿a qué riesgos nos exponemos cuando practicamos ejercicio bajo el sol en esta época del año? El doctor Luis Franco, del Servicio de Medicina del Deporte del Hospital Sant Joan de Reus (Tarragona), aporta las recomendaciones y precauciones necesarias para poder estar en forma sin resultar víctima de los golpes de calor.
Guía para el deportista en verano
Además de la elevación de los termómetros, debemos tener en cuenta el grado de humedad relativa, ya que condiciona nuestra capacidad para mantener una adecuada temperatura interna y aumenta la deshidratación. Asimismo, la piel ha de estar bien protegida de los rayos solares a la hora de salir a correr o de cualquier tipo de actividad deportiva. El ambiente caluroso exige ponerse en marcha cargados de pautas para evitar riesgos innecesarios que perjudiquen la salud:
- Realizar ejercicio físico fuera de las horas centrales del día, es decir, a primera hora de la mañana o a última de la tarde. “Es muy importante aprovechar los momentos y ambientes más frescos del día”.
- Estar bien hidratado día a día y antes, durante y después de la realización del ejercicio. “Si la actividad dura menos de una hora, con tomar agua fresca (unos 125 cc cada 15-20 minutos) es suficiente. En cambio, si se extiende más de 60 minutos, habrá que ingerir bebidas deportivas o isotónicas (500 cc unos 60 minutos antes de iniciar el ejercicio y entre 100-125 cc cada cuarto de hora durante la práctica del mismo)”, afirma el doctor Franco.
- Evitar, en la medida de lo posible, la exposición directa al sol. Además, la ropa clara evita sufrir más el poder del calor, así como es preferible usar aquella que permita una adecuada transpiración. “Usar ropa deportiva y proteger la cabeza con gorras o sombreros”, aconseja el especialista.
- Proteger la piel con crema solar. “La radiación causa irritación y quemaduras en la piel e incrementa de forma notable el riesgo de padecer cáncer de piel, es decir, el temido melanoma”.
Mas info en EfeSalud