
Hablar de seguridad y salud laboral de los docentes en tiempos de Coronavirus es un tema nuevo, más aún, cuando existe una diversidad de procesos peligrosos emergentes desde el trabajo en casa.
El tema de seguridad y salud en la docencia no es una prioridad ni antes, durante ni después de la pandemia. En Venezuela, lo urgente se concentra en la dimensión social desde las siguientes perspectivas: (a) Evitar nuevos infectados y salvar vidas humanas ante el Covid-19, (b) Impulsar el trabajo de los docentes a distancia (c) Distribuir mensualmente una caja de comida a las familias, y (d) Embellecer algunos espacios dentro de las ciudades.
El propósito de este artículo es mostrar algunos procesos peligrosos en el ejercicio docente de algunas ingenieras. Si bien, no es fácil definir la relación causa -efecto de las manifestaciones tempranas de salud (expresadas por molestias o síntomas que pasan algunas veces desapercibidos), nos aproximaremos a su identificación.
Ingenieras docentes
En la docencia universitaria son contratadas ingenieras. La oferta de especialidades en ingeniería es amplia y demanda profesionales formadas y preparadas. No siempre cuentan con componentes docentes. Y ante el aumento de la migración de profesionales algunos centros educativos solicitan perfiles técnicos más no docentes.
Es común observar cátedras de: ambiente, calidad, logística, formulación y evaluación de proyectos, gestión, gerencia dentro de los pensum de ingeniería. Ello implica la formación de futuros profesionales con ingenieros (as) de alto perfil. No siempre esto es así. Uno de los grandes obstáculos para estas profesionales en la docencia es el sueldo (salario). La gran mayoría no está dispuesta a trabajar sin estímulos monetarios. No prevalece lo lucrativo sino la búsqueda de algún beneficio relacionado con su salud y la de los suyos, más en tiempos de crisis.
La escala salarial en la docencia universitaria no está a la par de la formación profesional ni de los años de servicios. Contar con los más bajos salarios, dentro de la población económicamente activa, es una realidad. Especialmente, en Venezuela es común los retrasos en los pagos por el trabajo realizado (universidades oficiales y experimentales). Ello, influye en la tranquilidad y salud del docente y su familia.
Adicional a la dimensión anterior también se encuentra la militancia política. Ser asociado a un partido no es visto de buena manera por algunas profesionales. Esta postura personal se opone a realidades. No siempre las universidades venezolanas son apolíticas. Al contrario, presentan de manera abierta su militancia desde la conformación de las autoridades, profesores, trabajadores y estudiantes.
En tiempos de Covid 19, las ingenieras docentes (embarazadas o no) tienen la posibilidad de evitar un conjunto de factores y/o agentes externos que surgen normalmente mediante las clases presenciales: (a) Traslados estresantes en diferentes medios de transporte (metro, camioneta), (b) Trabajos nocturnos a altas horas de la noche, (c) Robos o atropellos por parte de terceros y (d) Exposición a postura bípeda de forma prolongada, entre otros.
El proceso de trabajo a distancia de las ingenieras docentes
Aunque los elementos del proceso de trabajo (objeto, medios, actividad, organización y división del trabajo) son los mismos que en cualquier otra rama de actividad económica o el mismo trabajo de docencia, en forma presencial, sus características son muy diferentes a distancias.
Las ingenieras docentes que trabajan a distancias siguen estableciendo una relación dinámica con sus estudiantes, cada uno con particularidades que podrían afectar a una de las partes o a ambas, más aún, podría afectar las 24 horas del día y los 7 días de la semana.
Los medios de trabajo no son las edificaciones donde trabajaban de forma presencial. Ya no influye el centro educativo: el estado de los salones (puertas, ventanas, paredes, techo, pizarra), mobiliarios (pupitres, estantes, archivadores), patios, auditorios, pasillos, escaleras, baños, servicios básicos (agua, electricidad, desagües) que interactuaban con los estudiantes, docentes y demás personal. Ahora, se trata de los medios de trabajo que pueden estar dentro de las casas. Se incluye la infraestructura de los hogares de los docentes (paredes, techo, ventanas, baños, lámparas), equipos de computación (computadoras, cornetas, micrófonos, teléfono celular), mobiliarios (mesas, sillas, estantes), servicios básicos (agua, luz, internet, electricidad, teléfono fijo). Entonces, para suplir las deficiencias de los medios de trabajo, las docentes deben ingeniárselas con una variedad de estrategias para cumplir con su trabajo. Esta situación ha generado en muchos profesionales angustia y estrés, además de cambios de carácter (por no contar con las condiciones favorables), un ejemplo de ello la intermitencia de internet o su ausencia por problemas de cableado.
En cuanto a la organización y división del trabajo apunta a una dinámica donde los horarios académicos presenciales tienden a desaparecer dando apertura a un horario más extenso para los estudiantes: 7 días de las semanas, las 24 horas del día e incluso el uso de los días festivos para consultar dudas o enviar tareas (asignaciones). Parece no existir límites si la universidad no lo indica o lo establece.
Por otra parte, puede surgir un desfase entre el trabajo real y el trabajo prescrito (planificado), más aun cuando se programa una prueba (examen) o clase síncrona. En el momento menos esperado pueden surgir fallas de electricidad o conectividad. Con ello, se genera una situación estresante para docentes y estudiantes. En el mejor de los casos, ese contacto a distancia puede generar una fuente de satisfacción para ambas partes.
En momentos de pandemia surgen emociones, sentimientos y actitudes tanto positivas como negativas. Pueden existir acciones egoístas o solidarias entre docentes – estudiantes, compañero de trabajo-compañeros de trabajo y estudiante-estudiante. Las dos últimas son las más comunes.
No solo las maestras de escuelas se enfrentan a los problemas de conducta de sus estudiantes. La ingeniera docente se enfrenta a problemas de actitudes de los estudiantes, que de una u otra manera impacta su salud mental. Parece que el semestre ni la edad con la cual se trabaja no influyen dentro del proceso. Tanto los estudiantes de los primeros años como de los últimos semestres parecen tener actitudes similares. Algunos estudiantes pueden mostrarse hasta agresivos con su profesora por medio de un correo electrónico, mensaje o llamadas por teléfono ante una calificación (fecha o tipos de exámenes)
Un profesional no puede perder el norte dentro de la docencia. Aun ante la idea de aprobado general es necesario asumir de forma ética el trabajo realizado. No se trata de enseñar nuevos conocimientos sino de vivir valores dentro de la educación y/o formación.
La actividad en sí varía dependiendo la cátedra asignada. Algunas son más teóricas, y otras son prácticas. Unas requieren más tiempos y otras menos tiempo de enseñanza (horas de dedicación). En ambos caso, la docente deberá planificar el número de clases síncronas y asíncronas. Además, deberá utilizar una diversidad de mecanismos y herramientas pedagógicas a distancia de acuerdo al contenido que se enseña.
En el caso de las clases síncronas vía Zoom, Skype o notas de voz por Whatsapp, la docente seguirá utilizando la voz mediante las constantes repeticiones de ciertos conceptos, ejercicios, igual como lo hace de forma presencial. Su voz sigue siendo su principal medio de trabajo el cual se recomienda cuidarla.
La ingeniera docente debe elegir el mejor espacio dentro de su casa que le pueda proporcionar salud y seguridad (buena iluminación, niveles de ruido bajo, temperatura favorables) con la finalidad de evitar fatiga temprana o incomodidad. La situación se complica cuando debe cuidar a sus hijos y aplicar el teletrabajo desde el mismo espacio.
Procesos peligrosos
- De los sujetos de trabajo (estudiantes). Se pueden identificar los problemas de conducta, excesivo número de estudiantes por secciones, condiciones conflictivas de la familia que inciden en el estudiante, capacidad de aprendizaje, dificultades de comunicación, malos hábitos en los procesos de aprendizajes.
- De los medios de trabajo. Muchas sillas donde se sientan las ingenieras docentes son disergonómicas. La ausencia de varios medios de trabajo se convierte en un proceso peligroso. Por lo general, cuando la docente no cuenta con los recursos mínimos a distancia para enseñar (computadora o laptop con su conectividad), se convierte en una situación que le va a generar angustia, sufrimiento y muchos otros conflictos.
- De la interacción entre sujetos, medios de trabajo y actividad. Entre las características de los docentes que pueden influir con las interacciones con los procesos peligrosos se pueden indicar las condiciones de vida y familiares de los docentes, las características éticas y morales, la capacidad para solucionar problemas, las formas de ejercer autoridad a distancia y la capacidad de persuasión dentro del grupo de estudiante. Hay que resaltar que el manejo de la voz sigue siendo un factor de importancia en las clases síncronas a distancia.
- De la organización y división del trabajo. Las jornadas de trabajo prolongadas, las contradicciones entre el trabajo real y prescrito, la presión de los jefes en las cargas de notas a distancia, la carencia de estímulos dentro del trabajo, la sobrecarga de estudiantes vía Whats App y redes sociales donde todos quieren hablar al mismo tiempo.
- Del entorno. Se puede indicar el ruido, la mala iluminación, focos infecciosos de Covid 19, el hacinamiento, entre otros.
- De los medios de protección. No todas las ingenieras han sido educadas en la prevención. De esta forma, inciden la ausencia de programas de seguridad cuando estos profesionales salen de sus casas en búsqueda de algún equipo d computación con conectividad.
- De las condiciones de vida. Los bajos salarios, varios empleos simultáneos, vivienda en condiciones no adecuadas, carencias en la alimentación, dificultades para el desarrollo profesional, sobrecarga de trabajo domésticos.
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