Incluso antes del reciente clamor en todo el mundo contra la violencia y el acoso, los mandantes de la OIT habían concluido que era imperativo emprender una acción internacional para abordar este problema. La adopción del Convenio y la Recomendación no podría haberse producido en un momento más oportuno, y quienes asistían a la reunión de la Conferencia, así como los observadores que la seguían atentamente desde lejos, se percataron de la importancia que ello revestía. Los líderes del mundo del trabajo han hecho historia y elaborado la primera norma internacional cuyo objetivo es poner fin a la violencia y el acoso en el mundo del trabajo. Han actuado de forma decidida, y sus acciones pueden y deben tener repercu- siones duraderas y de gran alcance.