
Un edificio de oficinas de Ámsterdam convierte una de sus salas en una cinta de correr gigante
Estoy en una sala de conferencias acristalada de la planta baja de un edificio de oficinas de Ámsterdam, mirando una alfombra de hierba. En el extremo de la alfombra hay un escritorio rectangular, una larga mesa de madera con cuatro patas de acero y una pantalla táctil incrustada en su superficie. Toca el botón de la pantalla y, de repente, la alfombra empezará a deslizarse, haciendo que toda la habitación se deslice bajo tus pies mientras te obliga a caminar.
Este artilugio es la primera “habitación andante” del mundo. Piense en ella como si fuera una cinta de correr, pero en lugar de una cinta estrecha, tiene una alfombra móvil del tamaño de una habitación de 3 por 4 metros en la que caben al menos 8 ó 10 personas (sobra espacio para quienes deseen permanecer inmóviles). Esta sala de marcha se encuentra dentro del EDGE Stadium, un nuevo edificio de oficinas que busca atraer a nuevos inquilinos.
Pero la Walking Room no es sólo un servicio aislado en un edificio aislado: Se trata de una empresa fundada por un fisioterapeuta y un ex tenista profesional que tienen la misión de ayudar a la gente a llevar una vida más sana introduciendo el movimiento en el lugar de trabajo. Como tal, este proyecto piloto es el primero de lo que esperan sean muchas “salas para caminar” en oficinas de todo el mundo.
La premisa es muy sencilla: En lugar de sentarse en torno a una mesa de conferencias, se puede reservar un espacio en una sala para caminar sobre una cinta gigante durante la reunión. La sala tiene tres velocidades, de las cuales las más elegidas son 1,5 o 2 mph, con la opción menos popular del modo “power walk”, que alcanza poco más de 3 mph. Los fundadores de Walking Room, Guido Boumann y Matthijs Verdam, explican que la velocidad lenta es ideal para atender llamadas telefónicas y realizar tareas específicas, mientras que la velocidad media es perfecta para reuniones de grupo y reuniones individuales.
Para mayor seguridad, hay dos botones de emergencia situados en cada extremo de la mesa. El sistema también cuenta con dos barandillas para apoyo adicional, y sensores que desconectan automáticamente la máquina si te acercas demasiado al borde trasero. En el estadio EDGE, la sala de marcha está elevada sobre un zócalo, a unos 25 centímetros del suelo, al que se puede acceder por unos escalones o una rampa con inversor. La cinta de correr está empotrada en el zócalo, por lo que queda a ras del suelo, y se puede subir y bajar sin problemas.
A diferencia de la multitud de empresas de escritorios con cinta de correr que han hecho proselitismo de las ventajas de trabajar mientras se trabaja en los últimos 15 años, los fundadores creen, con razón, que sentarse es el nuevo fumar y que reunirse caminando puede mejorar la salud general, aumentar la energía, reducir los niveles de estrés, aumentar la productividad y hacer que fluya con más facilidad la creatividad. “Descubrimos que [podemos ayudar] a la gente a alcanzar sus objetivos de salud creando algo que puedan hacer durante las horas de trabajo y juntos”, dice Boumann. “Así que se nos ocurrió la idea de una cinta de correr para atraer a la gente y ponerla en movimiento”.
En colaboración con un investigador de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Ámsterdam, los fundadores realizaron un estudio de seis meses de duración en el que participaron 170 oficinistas de ambos sexos, con una media de edad de 40 años. Algunos participantes probaron cintas de correr individuales, como las que se ven en los gimnasios, mientras que a otros se les agrupó para que trabajaran en sus propias cintas, pero cerca unos de otros. Los resultados fueron prometedores: El 65% afirmó sentirse más productivo, el 62% menos estresado y el 60% más creativo.
Pero aquí es donde la cosa se pone interesante: En ese mismo estudio, el equipo descubrió que las personas se mostraban mucho más entusiastas cuando estaban en cintas de correr y agrupadas. “Cuando las volvimos a separar, nadie las utilizó”, dice Verdam.
Vale la pena señalar que los estudios sobre las cintas de correr individuales son un poco más turbios. Desde que se introdujo el primer escritorio con cinta rodante a finales de la década de 2000, los estudios han arrojado resultados dispares: Algunos informaron de efectos negativos en el aprendizaje, la velocidad de procesamiento y la atención; otros encontraron efectos positivos en la memoria a corto plazo y la atención. Un estudio más reciente concluyó que las mesas con cinta rodante aumentan la energía general, pero no encontró pruebas de cambios estadísticamente significativos en otros resultados metabólicos, como la presión arterial.
Sin embargo, en la Sala de Caminar no sólo se trata de energía y productividad, sino también de espíritu de equipo. A raíz de COVID-19, el fomento del espíritu de equipo en el lugar de trabajo está ahora en la mente de todos, ya que las empresas siguen buscando formas creativas de atraer a la gente de vuelta a la oficina.
Cuando visité el edificio a mediados de marzo, aún no se había confirmado ningún inquilino, pero Florjin Vriend, responsable de bienestar e impacto social de EDGE, está entusiasmada con el valor de Walking Room para el edificio. Oyó hablar de Walking Room a un amigo y fue a probar un prototipo en un almacén a las afueras de Ámsterdam. “[Al principio] se veía un poco como un truco, pero a medida que trabajábamos en él, el entusiasmo crecía por todas partes”, dice.
Para Vriend, la Walking Room no es más que una herramienta de su empresa para que los trabajadores vuelvan a la oficina. Y está muy de moda. Menciona a directores ejecutivos famosos, como Mark Zuckerberg o Steve Jobs, conocidos por celebrar reuniones a pie para aportar nuevas ideas o atraer a posibles empleados. “Dado el tiempo que hace fuera, creo que es una buena opción, al menos en Holanda”, dice riendo.