
El 30% de los fallecimientos que se producen en España se deben a enfermedades cardiovasculares. Son la primera causa de muerte. Por ello, en el marco de la semana mundial dedicada a estas patologías, representantes de la Sociedad Española del Corazón y de la Fundación Española del Corazón han anunciado que, de aquí a 2025, pretenden reducir en un 25% la mortalidad prematura por estas dolencias, un objetivo global planteado por la Federación Mundial del Corazón. En una jornada organizada en el Hospital Clínico San Carlos (Madrid), los cardiólogos han recalcado la importancia de prevenir y controlar los factores de riesgo y han advertido del peligro que suponen los recortes para el Sistema Nacional de la Salud.
“En Grecia ha habido un repunte de la mortalidad del infarto”, ha indicado José Ramón González-Juanatey, presidente electo de la Sociedad Española del Corazón (SEC), quien ha instado a preservar “la excelencia” del Sistema Nacional de Salud, “el mayor logro social del país”, y a no dar marcha atrás en la ley antitabaco. Carlos Macaya, jefe de servicio de cardiología del Hospital Clínico San Carlos, ha ido en su misma línea y ha señalado que en anteriores crisis los países que recortaron en sanidad vieron cómo sus tasas de mortalidad se multiplicaban por tres.
Ambos especialistas han asegurado, no obstante, que en España no se ha detectado esta tendencia al alza, más bien al contrario, de ahí que González-Juanatey considere factible la reducción del 25% de la mortalidad prematura por las enfermedades no transmisibles (que no se contagian) —entre las que se incluyen las patologías coronarias, respiratorias, el cáncer o la diabetes— de aquí a 12 años. La forma de conseguirlo pasa por atacar los factores de riesgo. La hipertensión, el colesterol, el sobrepeso, el sedentarismo, la diabetes, el tabaquismo y el consumo de alcohol son los principales enemigos del paciente cardiovascular.
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