
La caza es un aprovechamiento realizado en el medio natural que debe llevarse a cabo desde la protección de sus ecosistemas, quedando garantizados los derechos de los cazadores y los distintos usos del medio natural.
Para poder cumplir este objetivo es necesario que aquellas personas que practican la caza sean conscientes de que su actuación en el medio es clave para la conservación del mismo y de la propia actividad cinegética.
La caza al tratarse de una modalidad deportiva que se practica con armas en un espacio abierto e irregular, constituye una actividad que no está exenta de riesgos. Por ello, deben adoptarse cuantas precauciones sean necesarias para reducir la posibilidad de que se produzcan accidentes, algunas de las cuales están reglamentadas y su conocimiento es básico para el cazador.
Manejar armas entraña siempre un riesgo. Hay que ser conscientes de ello y aprender a adelantarnos al mismo; pues sólo así se consigue evitarlo. Por eso el cazador debe respetar siempre las medidas de seguridad establecidas para el ejercicio de la caza. Entre estas medidas destaca la definición de las zonas de seguridad, establecidas para evitar accidentes que puedan afectar a las personas o los bienes cercanos a los terrenos cinegéticos.
El cazador desarrolla su actividad en el medio y para ser un cazador competente y responsable es fundamental que sea consciente del hábitat donde se encuentra y las poblaciones que viven en él, ya sean cinegéticas o no. Es importante que asuma su responsabilidad con el patrimonio natural que le rodea como bien común y que debe cuidar y respetar evitando actitudes, como el abandono de cartuchos usados y residuos orgánicos, que repercutirán en su degradación.
El cumplimiento de los cupos de captura y el respeto a las limitaciones establecidas para el ejercicio de la caza son actitudes que demuestran una conciencia ambiental que influirá en el buen estado de las poblaciones de fauna silvestre, donde se incluye la cinegética.
Para fomentar estos valores, la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente seguirá apostando por dar más protagonismo a las actividades de formación y divulgación fundamentales para que el colectivo cinegético alcance una sensibilización y conocimiento que de lugar a una conciencia ambiental a la hora de practicar este deporte. Por esta razón, ha promovido la puesta en marcha de actividades formativas como el Plan de Formación iniciado en 2011, las publicaciones de Manuales como el de Prevención de Riesgos en la Actividad Cinegética, el de procedimientos de gestión de calidad en cotos o el de buenas prácticas sanitarias en cotos de caza, realización de carteles informativos de los periodos de veda, incluyendo los cupos de capturas, o publicaciones donde se definen las zonas de seguridad y las premisas básicas para la práctica de la caza.
Fuente: Junta de Andalucia