1. No hay alimentos prohibidos
Es importante llevar una alimentación variada y moderada, una dieta mediterránea basada en frutas y verduras de temporada (al menos cinco raciones al día), completada con proteínas – carne y pescado –, legumbres, cereales integrales y aceite de oliva. En el caso de los cereales, elige siempre pan tradicional antes que pan de molde, que es menos saludable por su origen industrial, y dentro del pan, opta por variedades integrales: son ricas en fibra y aportan una dosis extra de vitaminas y minerales. Respecto a las grasas, reduce la ingesta de las saturadas (carnes rojas, embutidos y derivados lácteos) y sustitúyelas por las insaturadas (pescado – en especial, el azul – y frutos secos).
2. La importancia de hacer la compra
Es mejor comprar alimentos frescos, pero no siempre es posible. Si compras productos envasados, es importante que te detengas a mirar la información nutricional. Evita comprar precocinados y productos industriales, ya que contienen más sales y grasas hidrogenadas.
3. Vuelve a la tartera
En los últimos años ha empeorado nuestra dieta debido a la incorporación de la mujer al mercado laboral, pues nadie ha sustituido el papel que estas tenían en la organización de la alimentación de toda la familia. Como resultado, ahora comemos más y peor, sin un control de las materias primas ni de los métodos de preparación de los alimentos que ingerimos.
4. Educación nutricional, sí y desde pequeños
Es crucial que los niños empiecen desde pequeños a comer de manera equilibrada, y son padres y tutores los que deben comenzar dando el ejemplo. Involucra a los niños en la compra y en la elaboración de algunas comidas; ayudará a que sean unos adultos sanos. Y no utilices la comida como una gratificación (compra de snacks o chucherías como premio a una buena conducta).
5. Revisa tus hábitos de vida
El exceso de sal, el sedentarismo, el alcohol y el tabaco tienen efectos perniciosos sobre nuestra salud, y está en tu mano cambiarlo. Practicar ejercicio de forma habitual, limitar el alcohol a un máximo de 20 gr./día en hombres y 10 gr./día en mujeres y abandonar el terrible hábito del tabaco es lo mejor que puedes hacer hoy en día por tu salud.
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