La medición constante de los parámetros biológicos puede salvar muchas vidas. Así lo creen en la Universidad de Ontario, que realiza un proyecto de Big Data (análisis de gran cantidad de datos) con IBM, según informa la web especializada en tecnología techradar. El proyecto Artemis, ha comenzado analizando los datos de los seres más frágiles, los bebés. El corazón de un bebé late a 7.000 pulsaciones por hora y su respiración alcanza las 2.000 respiraciones en una hora. Eso supone una gran cantidad de datos que pueden ser claves en su vida. De hecho, se ha comprobado una cuarta parte de los bebés prematuros con latidos estables sufren infecciones, y de esos fallecen el 10%. Todos esos datos no se tienen en cuenta hasta ahora. El monitor del ritmo cardíaco sólo se utiliza unos minutos para comprobar que el bebé está bien pero los datos no se almacenan. El proyecto Artemis, tiene capacidad para procesar 1.256 lecturas por segundo, y ahora se está aplicando en unidades de Neonatología de todo el mundo, que envían sus lecturas de datos minuto a minuto a la base de Toronto, lo que posibilita detectar los riesgos.
La monitorización de datos también ayuda a las personas mayores. General Electric ha desarrollado sensores en el suelo de una vivienda, una “alfombra mágica”, que permite detectar patrones de conducta y enviar alertas ante situaciones inusuales. Así por ejemplo, si un anciano no pisa su cocina a las 10 y media de la mañana puede avisar a su familia de que algo no va bien.
Las pulseras de monitorización de datos, los wearables, como las de Nike o Samsung, y la anunciada de Apple (que incluirá un medidor de glucosa) pueden ayudar a detectar riesgos mucho antes de cualquier test si todos los datos que proporcionan son analizados de manera adecuada.
Fuente: Laesalud.com