Picar en el trabajo sin remordimientos. ¿Es posible? Sí, eligiendo un snack saludable que, sumando pocas calorías, nos ayude a controlar el hambre hasta la siguiente comida.
Que una persona pique entre horas no quiere decir que esté mal alimentada, todo lo contrario, ya que el consumo de snacks es fundamental para la dieta. Los beneficios se traducen en una mayor estabilidad de la glucemia -la energía de la que disponemos en el organismo- y en un mejor control de las calorías ingeridas, pues, al evitar tener mucha hambre, consumimos menos cantidades de alimentos en las principales comidas.
Un snack debe matar el gusanillo, es decir, saciarnos. Por tanto, un tentempié ideal es aquel que incluye, en su justa medida, proteínas, grasas sanas, fibra y agua, como cereales integrales o derivados (avena, pan integral), yogur o leche (por la capacidad que tienen sus proteínas para saciar), frutas frescas (por su gran porcentaje de agua y su alto contenido en fibra), semillas, frutos secos y verduras. Algunos ejemplos de snacks saludables son el yogur con muesli, la macedonia de frutas, la gelatina de té verde o las galletas de arroz.
Los españoles que no cometen excesos en la hora del aperitivo toman fruta fresca (56%), frutos secos (53%), queso (52%) y yogur (51%), en el lado contrario se sitúan los que consumen galletas y patatas fritas, con el (54%) y el (53%), respectivamente, según un estudio recientemente realizado por Nielsen.
Foto: Darwin Bell