[pullquote]Reirse, incluso de uno mismo, es una de las mejores recetas para gozar de una buena salud. Forzarse a reir puede resultar muy sano, pero una sonrisa falsa no aporta ninguno de los beneficios terapéuticos atribuidos a una sana carcajada. [/pullquote] Según especialistas de la Sociedad Española de Neurología (SEN) aseguran en un informe publicado con motivo del Día Mundial de la Risa, que se conmemora hoy, que las personas con buen sentido del humor tienen un 40% menos de problemas vasculares, es decir muchísimo menos riesgo de infarto o trombosis, y que esa condición les permite vivir unos cuatro años y medio más.
Lo ha dicho siempre el jefe de servicio de Oncología Médica y Cuidados Paliativos del hospital de Valdecilla, en Santander, Jaime Sanz Ortiz, que es uno de los especialistas médicos que más han estudiado el poder terapéutico de la risa. “Reirse de todo puede ser propio de necios, pero no reirse de nada es de presuntos mentecatos”. Saber hacerlo es fundamental para vivir -mucho más para sobrevivir- y aporta grandes beneficios a la salud. Tradicionalmente, se ha dicho que vivir con alegría y humor reduce el estrés, eleva el estado de ánimo y, en general, fomenta el bienestar psicológico. Reirse a placer estimula el sistema inmune, incrementa el umbral del dolor y, quizás lo mejor, acelera el ritmo cardiaco y aumenta el aporte de oxígeno al cerebro. De ahí sus altas capacidades para contribuir a la prevención de infartos de miocardio, ictus y accidentes por trombosis.
El investigador británico Richard Wiseman sostiene que las mujeres se ríen más y disfrutan más del humor porque la risa, según detalla Llanero, activa mucho más en ellas dos áreas del cerebro fundamentales para la gestión de las emociones, que son las del lenguaje y la de la memoria a corto plazo.
El psicólogo Paul Ekman, pionero en el estudio de las emociones y la expresión facial, llegó a diferenciar hasta 16 tipos de risas y sonrisas, pero la capacidad de distinguir un gesto auténtico de otro falso se atribuye a un neurólogo, Guillaume Duchenne. Cuando se trata de algo forzado, lo normal es que los músculos de alrededor de los ojos no se contraigan (Intente sonreir sin moverlos y descubra el gesto. Efectivamente, falso total).
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