
¿Qué extraño poder invade a algunos conductores cuando encienden el motor de su vehículo y ponen las manos al volante? Algunos dicen que se transforman, que sienten una mayor agresividad, un impulso de apretar el acelerador, apurar todos los semáforos en ámbar y sortear peatones al límite.
Por suerte, no todo el mundo experimenta estas sensaciones ni adopta estas conductas en su conducir diario. Pero es una realidad que en las ciudades, el tráfico cada vez es más enfadado y estresante.
Hay prisa, mucha prisa. Y en ocasiones poca atención y menos responsabilidad.
Conducir es una responsabilidad, no solo para el que conduce, sino también para los acompañantes del vehículo, el resto de conductores y ocupantes de la vía pública, sean otros vehículos, peatones, autobuses, ciclistas o tranvías.
Ya no solo es necesario hablar de CONDUCCIÓN SEGURA o incluso de CONDUCCIÓN PREVENTIVA, también debemos hablar de CONDUCCIÓN SOLIDARIA o RESPONSABLE.
Compartimos la siguiente infografía que describe muy bien qué medidas tomar para lograr una conducción responsable, porque sea que te guste conducir o no, cuando te pones al volante no estás solo. Y los accidentes se pueden evitar.
