Ya conocemos mayoritariamente que es lo que es la huella de carbono, que permite ayudar a reducir el riesgo del cambio climático a través de permitir valorar y medir reducciones específicas de las emisiones de gases de efecto invernadero. La huella de carbono se puede definir como una medida de la cantidad total de gas de efecto invernadero (principalmente CO2 y CH4)
De forma similar la huella sanitaria (Health FootPrint) puede ser el sistema de contabilidad para la identificación de los factores determinantes del envejecimiento activo y saludable y una herramienta de gestión y rendición de cuentas para evaluar las oportunidades de los sectores público y privado y la sociedad civil para promover la salud . La HFP se puede definir como una medida de la cantidad total de carga de la salud de un factor de riesgo, sector o acción dentro de una frontera espacial y temporal de una población definida. Se puede notificar mediante medidas estándar de la salud de la población.
Un ejemplo de su uso: Recientemente investigadores del proyecto sobre adicciones ALICE RAP han instado a las autoridades políticas a adoptar el método de «huella sanitaria» (health footprint) para medir mejor los perjuicios para la salud que generan los actos de los organismos reguladores y los productores de sustancias adictivas. Cada año se pierden en la UE cerca de 21,1 millones de años de vida a causa del consumo de tabaco, alcohol y drogas ilícitas.
El equipo del proyecto desea que las administraciones públicas y los productores de alcohol, tabaco y otras sustancias adictivas publiquen una huella sanitaria anual y una relación de las medidas propuestas para reducir los daños producidos. Con esta huella se mediría el daño producido por productos y políticas inadecuadas, se mostraría quién produce dichos daños y se ofrecería un incentivo para que empresas y administraciones actuaran en su reducción.
En la práctica, esta huella realiza la misma función que la huella de carbono, al hacer responsables a las partes interesadas de sus respectivas emisiones de carbono y fomentar acciones positivas. Por ejemplo, las administraciones nacionales mejorarían su huella sanitaria al poner en marcha políticas y normativas de base empírica, mientras que las empresas productoras de alcohol podrían crear productos con menor graduación.