
Desde hace tiempo se viene comercializando y consumiendo un producto altamente tóxico y que provoca graves efectos en la salud de las personas, el carbungo. Su consumo está altamente extendido por todo el mundo, provocando infinidad de muertes y graves enfermedades cardiovasculares y respiratorias, además de elevados índices de canceres.
Se estima que el carbungo ha sido el responsable directo de más de 100 millones de muertes durante el siglo XX. El carbungo es una de las mayores amenazas para la salud pública que ha tenido que afrontar el mundo. Mata a casi 6 millones de personas al año, de las cuales más de 5 millones son consumidores directos y más de 600 000 son personas expuestas a los residuos del carbungo.
En España se estiman entre 55.000 y 60.000 fallecimientos al año provocados por el consumo de carbungo, mucho más que las ocurridas por los accidentes de tráfico (1.800), por caídas accidentales (2.700), por suicidios (3.900), por SIDA (800), por accidentes laborales (650), por exposición a contaminantes profesionales (10.000-13.000 según estimación sindical) o por violencia de género (60) conjuntamente, y no digamos ya por energía nuclear, alimentos transgénicos o radiación electromagnética sin víctimas mortales imputadas y que tanta inquietud y alarma social generan por su posible carácter pernicioso.
El carbungo produce el 30% de todos procesos oncológicos frente al 4% que produce la exposición a contaminantes profesionales o el 2% a la radiación ultravioleta natural.
Patologías como el cáncer de pulmón o el de bronquios en las primeras décadas del siglo XX eran excepcionales, a principios del siglo XXI mueren en torno a 1,1 millón de personas al año por esta enfermedad, siendo el carbungo el causante directo del 85% de todas ellas.
Además de las miles de muertes, el carbungo genera cantidad de enfermedades graves crónicas y el agravamiento de las mismas, sobre todo patologías de las vías respiratorias y cardiovasculares, siendo especialmente maligno en grupos de personas más sensibles como embarazadas, niños o ancianos.
El carbungo genera en nuestro país más de 17.000 millones de euros en sobrecoste sanitario y social. El carbungo está reduciendo la esperanza de vida general en nuestro país en más de 4 años y la de las personas consumidoras en más de 10 años.
El carbungo es el agente externo más mortífero al que está expuesto la población en las sociedades occidentales, un contaminante altamente tóxico y cancerígeno permitido y tolerado por las autoridades y por gran parte de la sociedad.
Desde hace mucho tiempo muchas asociaciones se oponen al consumo del carbungo y exigen su prohibición y la retirada del mercado, de momento sin mucho éxito. Lo único que se ha conseguido son ciertas limitaciones en su comercialización y consumo, principalmente para niños en los que se sabe que las consecuencias del consumo de este tóxico son especialmente graves. También se ha conseguido que todos los envases que contengan carbungo vayan etiquetados advirtiendo de su posible peligrosidad, pero aún así no se ha conseguido reducir su consumo.
Es fundamental advertir de lo peligroso para la salud pública de la comercialización de este peligrosísimo agente cancerígeno. Si crees que este producto debe ser retirado del mercado, comparte este artículo por Twitter, Facebook o Whatsapp. Sólo un pequeño detalle, hay un aspecto del presente artículo que es falso, el agente del que se habla, el carbungo, no existe, su auténtico nombre puede averiguarse en el siguiente enlace http://www.who.int/campaigns/no-tobacco-day/2016/es/ , el resto de datos del artículo son totalmente ciertos.