El IBV organiza el
7 de febrero una
CONFERENCIA sobre
Buenas Prácticas Para el Desarrollo de Programas de Actividad Física en el Trabajo en el marco del proyecto europeo
FITWORK financiado por el programa Erasmus + de la Comisión Europea
. La inscripción ya está abierta (correo a ibv@ibv.upv.es indicando nombre y DNI).
Expertos europeos hablarán de la importancia de la salud en el trabajo, de los beneficios de la actividad física para la salud, de ergonomía e identificación de riesgos en el puesto de trabajo, así como de la importancia de la motivación en los programas de actividad física.
Por último el IBV también presentará el proyecto FITWORK (Good practices to develop physical activity programs at work), del que toma el nombre la jornada.

Las directrices de actividad física definidas por la UE tienen como objetivo definir las actuaciones recomendadas para apoyar la actividad física que promueve la salud.
Dentro de las áreas de actuación que abarca, aparecen el deporte, la salud, la salud, el transporte, los servicios para ciudadanos mayores y el entorno de trabajo. Expone que toda acción debe ser adaptada a su contexto concreto, reflejando las necesidades de los grupos objeto concretos y los contextos en los que serán implementados.
En concreto, en el entorno de trabajo afirma que “Las exigencias físicas en el entorno de trabajo han experimentado transformaciones de gran alcance en el curso del último siglo, y esta transformación sigue en marcha. En general, en el mundo industrializado se ha eliminado la mayor parte del trabajo físico duro. La mayoría de las profesiones en la UE tienen una demanda energética total baja, y cuando el trabajo exige un esfuerzo físico, el estrés normalmente se debe al hecho de que se sobre-esfuerzan músculos específicos de forma local y monótona. Por tanto, por un lado, la demanda energética en el lugar de trabajo suele estar muy por debajo de lo recomendado para un estilo de vida saludable y, por otro lado, ciertas tareas pueden implicar un mayor riesgo de problemas musculo-esqueléticos.
Visto así, sería valioso que se implementaran programas o planificación del lugar de trabajo para que los trabajadores incluyeran la actividad física en sus rutinas diarias o semanales. Esto podría contrarrestar tanto el pequeño gasto energético diario como la tensión en músculos específicos, incluyendo los músculos de la espalda, y también podría ayudar a los trabajadores a tener un nivel aceptable de forma aeróbica.
Tales programas se han implementado con relación a criterios de valoración como efectos sobre el bienestar, baja por enfermedad, factores de riesgo de enfermedades crónicas, problemas músculo-esqueléticos y coste-beneficio. Estas intervenciones han tenido un efecto general positivo especialmente para el bienestar, pero también para el gasto energético y nivel de forma física. La mayor parte de los estudios han revelado efectos sobre la baja por enfermedad, y unos pocos sobre coste-beneficio.
Las evidencias disponibles apoyan la idea de que el lugar de trabajo debería ser el lugar principal en la vida diaria del adulto en el que se apoya un estilo de vida activo y que esto debe ser una cuestión que preocupe a empresarios y sindicatos”.
En este sentido, dentro de las actuaciones concretas del entorno de trabajo propone, entre otras, la siguiente directriz:
Directriz 33 – Los empresarios y sindicatos deben incluir en sus acuerdos requisitos para el lugar de trabajo que faciliten un estilo de vida activo desde el punto de vista físico. Podrían ser ejemplos de tales requisitos los siguientes: (1) Acceso a instalaciones interiores y exteriores para hacer ejercicio; (2) Disponibilidad de un profesional de la actividad física tanto para ejercicios conjuntos como para dar consejos personalizados; (3) Apoyo a iniciativas de participación deportiva relacionadas con el lugar de trabajo; (4) Apoyo al transporte en bicicleta y a pie desde y hacia el lugar de trabajo; (5) Si el trabajo es monótono o pesado hasta el punto de implicar un mayor riesgo de problemas músculo-esqueléticos, se debe proporcionar acceso a ejercicios diseñados específicamente para contrarrestar estos problemas; (6) Un entorno de trabajo favorable a la actividad física.
Con todo esto, el objetivo del proyecto FitWork, liderado por el Instituto de Biomecánica de Valencia, es la promoción de la actividad física en el trabajo teniendo en cuenta los riesgos ergonómicos a los que están expuestos atendiendo al puesto de trabajo que ocupan. Para ello, se desarrollará una guía de buenas prácticas que pueda ser utilizada por técnicos de prevención y profesionales del deporte para definir los programas de actividad física más adecuados para cada trabajador.
Alcanzar este objetivo final pasará por lograr los siguientes objetivos parciales:
- Definir ejercicios específicos teniendo en cuenta los riesgos ergonómicos en el trabajo,
- Diseñar programas de actividad física que reduzcan los riesgos de trastornos musculoesqueléticos,
- Introducir en los programas aspectos motivaciones, y
- Definir buenas prácticas para poner en marcha estos programas.
Durante todo el proyecto se llevarán a cabo acciones de difusión con el objetivo de que los resultados del mismo sean aprovechados por el mayor número de profesionales y con ello maximizar el impacto del mismo en los trabajadores.
El consorcio del proyecto está formado por los siguientes socios:
- Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) (España): coordinador y experto en evaluación de riesgos ergonómicos del puesto de trabajo.
- Coimbra University (CU) (Portugal): experto en ciencias de la actividad física y el deporte.
- Technische Universitate Eindhoven (TU/e) (Holanda): experto en aspectos motivacionales.
- KOMAG (Polonia): empresa en la que se realizará la prueba piloto.
- ROMTENS (Rumanía): experto en salud ocupacional.
Además, contamos con la colaboración de la European Network of Workplace Health Promotion (ENWHP).