El equipo de protección individual inteligente (EPI) promete unos mayores niveles de seguridad y de tranquilidad en el lugar de trabajo, mediante el uso de materiales o de componentes electrónicos mejorados. No obstante, será necesario superar ciertos obstáculos para su aplicación eficiente en los lugares de trabajo europeos. Una nueva publicación examina las oportunidades y los riesgos planteados por estas nuevas tecnologías.
Aunque las medidas organizativas y la protección colectiva deben ser siempre prioritarios, el uso de los EPIs se está convirtiendo en un apoyo inteligente.
El presente artículo examina la aparición del equipo de protección individual (EPI) en el lugar de trabajo. El EPI inteligente combina los medios de protección tradicionales con materiales mejorados o componentes electrónicos, y puede recopilar datos sobre el usuario, el entorno de trabajo o su propio uso. Aunque estas nuevas tecnologías prometen una mayor seguridad y un mayor bienestar para los trabajadores, quedan aún muchos obstáculos por superar para garantizar su uso efectivo.
El artículo subraya los retos a los que se enfrentan las partes asociadas, como la necesidad de establecer normas y un marco adecuado de prueba y certificación. Incluye recomendaciones para ayudar a las partes asociadas a obtener el máximo partido de los posibles beneficios del EPI inteligente, subrayando la importancia de la colaboración entre usuarios y fabricantes en este ámbito.
