La metodología “Hazop” (HAZard and OPerability analysis), denominada “Análisis Funcional de Operabilidad” (AFO) en español, es una de las técnicas más versátiles que existen para la identificación de peligros en la industria química, ya que permite la reflexión crítica de cualquier proceso ante posibles desviaciones del mismo por causas que se tratará de averiguar. Se trata de un método de tipo cualitativo, aunque complejo, desarrollado originalmente por la compañía ICI (Imperial Chemical Industries) del Reino Unido para aplicarlo al diseño de plantas de fabricación de pesticidas, y hoy extendido en la industria química.
La definición dada por ICI de su método hace referencia a “La aplicación de un examen crítico, formal y sistemático a un proceso o proyecto de ingeniería de una nueva instalación para evaluar el riesgo potencial de la operación o el funcionamiento incorrecto de los componentes individuales de los equipos y sus efectos sobre la instalación como conjunto”.
LA METODOLOGÍA “HAZOP” ES UNA DE LAS TÉCNICAS MÁS VERSÁTILES QUE EXISTEN PARA LA IDENTIFICACIÓN DE PELIGROS EN LA INDUSTRIA QUÍMICA
Aunque inicialmente concebido para su aplicación en fase de proyecto, el método se utiliza actualmente con probado éxito para identificar fallos y/o desviaciones de los componentes en instalaciones en uso.
Como se ha dicho, es extraordinariamente útil en la fase inicial de diseño; lo que permitirá introducir significativas mejoras de partida, pero también lo es en plantas ya existentes pues facilita la aportación de mejoras de seguridad. Permite estudiar en cada una de las unidades de la instalación qué puede suceder y cuáles van a ser las consecuencias de posibles accidentes al producirse alteraciones en las condiciones normales de trabajo, por variaciones en la presión, temperatura, flujos de materias, concentraciones o formación de subproductos.
A fin de optimizar su uso, habitualmente será necesario un trabajo en equipo integrado por personas conocedoras de la instalación en sus diferentes aspectos (producción, instrumentación, mantenimiento, seguridad, etc.) y dispuestas a dedicar un periodo de tiempo al análisis exhaustivo de las condiciones de seguridad. Un líder, que normalmente será el técnico del Servicio de Prevención, coordina al grupo. La diversidad de los miembros del equipo estimula la creatividad de las sesiones de trabajo, durante las cuales, mediante la aplicación de una serie de palabras-guía, se analizan las desviaciones de los parámetros clave del sistema. Será el propio grupo el que consensuará el grado de tolerancia a las consecuencias negativas por anomalías o desviaciones previsibles del sistema y la necesidad de medidas de seguridad adicionales o complementarias. En la figura se da una muestra de análisis por el método HAZOP.
