En la jornada, Unión de Mutuas ha dado a conocer también los datos epidemiológicos y siniestralidad por TME del sector del metal con perspectiva de género.
Las recomendaciones ergonómicas de mejora, entre otras, en la manipulación de cargas (aquellas de 3 o más kilogramos que pueden suponer un potencial riesgo para la zona dorsolumbar de la espalda) se centran en tomar medidas para su levantamiento y transporte mediante la automatización o la mecanización de los procesos; utilizar ayudas para el transporte sustituyendo la manipulación por un empuje (carros, transpaletas, grúas…), o emplear ayudas mecánicas (carretillas, grúas o equipos de levantamiento por vacío). Asimismo, no se aconseja manipular cargas de más de 25 kg. Por su parte, la altura más favorable de empuje y arrastre es la del codo, para mantener una postura neutra (muñecas sin girar, desviar o flexionar, brazos pegados al cuerpo, codos a 90o y cuello y tronco erguidos) y optimizar la transmisión de fuerzas. Y siempre es preferible empujar una carga que arrastrarla.
Para los movimientos repetitivos se recomienda el rediseño del puesto para mejorar las posturas de trabajo, adecuar las dimensiones o introducir nuevos elementos o equipos para reducir el número de repeticiones, como, por ejemplo, sustituir herramientas manuales por otras eléctricas o neumáticas. Si la tarea lo permite, diseñar los puestos de trabajo para que puedan emplearse ambos brazos y/o manos para repartir la carga de trabajo entre ambos lados. Por su lado, se insta a una correcta planificación de rotación con otras tareas más ligeras y/o que requieran utilizar grupos musculares diferentes, alternando con descansos puede disminuir la carga física mantenida en dichos miembros anatómicos.
Sobre las posturas forzadas, se incide en la importancia de la formación para adoptar una postura de trabajo correcta, ya que la seguridad depende en parte del método de trabajo seguido; en adecuar la altura de trabajo para reducir flexiones de brazos, tronco y cuello y reducir alcances; y en proporcionar herramientas extensibles para acceder y alcanzar zonas difíciles para así evitar posturas forzadas, sobre todo de mano-muñeca. Uno de los principales factores diferenciales en la correcta adaptación de los equipos y herramientas entre hombres y mujeres son las dimensiones corporales, que son de hasta un 20%.
Asimismo, se considera beneficioso cambiar de postura intercalando unas tareas con otras que impliquen movimientos diferentes y requieran utilizar grupos musculares distintos o facilitar rotaciones. Y cuando el trabajo se realice entre dos personas, lo más recomendable es que ambas tengan estaturas similares para que sea posible establecer una altura de trabajo adecuada.
Respecto al uso de herramientas, se recomienda, si es posible, utilizar herramientas eléctricas en vez de manuales para reducir el esfuerzo de manos, brazos y espalda y realizar menos movimientos repetitivos. Al respecto, el mango debe proporcionar el máximo contacto entre la herramienta y la mano (o guante), teniendo en cuenta que, entre hombres y mujeres se observan diferencias antropométricas de hasta un 20%. Además, se debe tener en cuenta la fuerza de agarre necesaria (la fuerza de las mujeres es un 20% menor que la de los hombres). Sobre el peso aceptable, debe estar entre 0,9 kg y 1,5 kg y el máximo no debería exceder de los 2,3 kg.