Sin embargo, las leyes y las políticas que rigen el mercado laboral no fueron concebidas considerando el hogar como lugar de trabajo.
Un trabajador a domicilio es alguien que trabaja a cambio de remuneración y fabrica un producto o presta un servicio conforme a las especificaciones del empleador.
El trabajo a domicilio siempre ha existido pero, como tiene lugar en la residencia particular de una persona, ha permanecido invisible por mucho tiempo. Abarca una serie de actividades – desde la costura, el bordado y el ensamblaje en la producción de bienes, a un gran número de servicios administrativos y profesionales – que pueden ser llevados a cabo a distancia, gracias a la tecnología, incluido el teletrabajo.
En el mundo en desarrollo, sobre todo en Asia, el trabajo a domicilio con frecuencia forma parte de las cadenas de suministro locales o mundiales, en las industrias de la confección, la electrónica y los artículos para el hogar. En los países ricos, la mayoría de los trabajadores a domicilio son teletrabajadores, aunque algunos de ellos son trabajadores industriales a domicilio. El trabajo en las plataformas digitales basado en el domicilio está difundido en todo el mundo.
La pandemia de COVID-19 y el aumento del trabajo a domicilio
En 2019, había 260 millones de trabajadores basados en el domicilio en el mundo – antes de la pandemia de COVID-19 – es decir 7,9 por ciento del empleo total.
Gran parte de los trabajadores basados en el domicilio son trabajadores por cuenta propia que viven en los países en desarrollo, mientras que algunos de ellos son teletrabajadores, sobre todo en los países ricos.
La pandemia de COVID-19 revirtió este patrón. De hecho, la OIT estima que, en 2020, cerca de 560 millones de personas trabajaban desde su casa durante el pico de la pandemia.
La mayoría eran teletrabajadores que antes trabajaban en una oficina. Los teletrabajadores estaban presentes en todas las regiones del mundo, aunque en un número mayor en los países ricos.
El género y el trabajo a domicilio
Para muchos trabajadores, pero sobre todo mujeres – quienes sobrellevan la mayor carga de las responsabilidades domésticas y de cuidado – el trabajo a domicilio significa un medio para participar en un trabajo asalariado, sin tener que salir de su casa.
En algunos países, las mujeres tienen que enfrentar ciertas normas sociales que les impiden trabajar fuera del hogar, y el trabajo a domicilio es su único acceso al mercado laboral.
Esto puede tener un costo para las mujeres. Si bien les permite combinar el trabajo asalariado con el trabajo doméstico, al mismo tiempo refuerza la idea obsoleta de que este tipo de responsabilidades son únicamente competencia de las mujeres. Esto podría dar lugar a la creación de un conjunto de trabajadores que no pueden competir en igualdad de condiciones con las personas que trabajan fuera del hogar.
Fuente: OMS