
¿Qué caracteriza al neumático de invierno?
Los neumáticos de invierno utilizan un compuesto diferente en su construcción. Están formulados para permanecer flexibles incluso a bajas temperaturas, lo que aumenta su agarre en superficies resbaladizas (condiciones húmedas, nevadas o heladas). Por debajo de 7 ºC, el caucho de las bandas de rodadura de los neumáticos de verano se endurece, lo que inhibe su capacidad de agarre. La composición del neumático de invierno le permite permanecer flexible y agarrarse a la superficie de la carretera de forma eficaz.
La banda de rodadura del neumático de invierno presenta un dibujo diferente, con numerosos cortes profundos, conocidos como ‘laminillas’. Estas actúan como ‘garras’ sobre el firme para garantizar un rendimiento óptimo en terrenos secos, mojados, nevados y helados. De hecho, los neumáticos de invierno disponen de 10 veces más de laminillas (hasta 2.000) que uno de verano. Además, su banda de rodadura es un 10% más profunda (por encima de 3 mm), lo que redunda en una mayor flexibilidad en vías resbaladizas. Y, sobre todo, evacúa el agua y la nieve con mayor efectividad.
Menor distancia de frenado
Además de mayor adherencia para traccionar, los neumáticos de invierno reducen claramente la distancia de frenado.
Según datos del Consorcio Nacio-nal de Industriales del Caucho, en nieve, a 50 km/h, la distancia media necesaria para detener un coche con neumáticos de invierno son unos 32 metros. Mientras con los de verano se necesitan otros 30 metros más.
En asfalto húmedo, con neumáticos de invierno harán falta unos 34 metros de media para detener un turismo. Con los de verano, la distancia se irá hasta 63 metros.
En cuanto a los neumáticos todo-tiempo, en seco y con asfalto húmedo la distancia de frenado se encuentra a media distancia entre los de invierno y los de verano. Sobre nieve se encuentra mucho más cerca del neumático de invierno en la distancia de frenado, muy superior a la de los de verano.
Cinco dudas sobre los neumáticos de invierno
Aún desconocidos para muchos en España, numerosos conductores podrían sacarles realmente provecho y circular de forma más segura en sus recorridos habitua-les durante la estación invernal. Sus ventajas son claras: son más seguros que un neumático convencional con el asfalto por debajo de 7 grados, algo habitual en invierno.
1. En verano, ¿dónde los guardo?
Normalmente el distribuidor que vende los neumáticos, ofrece guardar el juego que se desmonta, en general gratuitamente, como fidelización del cliente. El coste de sustituir los neumáticos de verano por los de invierno y viceversa está en el montaje, desmontaje, equilibrado y sustitución de la válvula, y supone unos 70 euros.
2. ¿Son más caros que los convencionales?
Sí, entre un 2 y 5% más caros, lo cual sin duda no es significativo dadas las ventajas y seguridad que aportan en condiciones de frío y poca adherencia.
3. ¿Hay medidas para cualquier rueda?
La demanda existente en otros países, donde son obligatorios, y el aumento del diámetro de las ruedas en los coches más actuales ha hecho que los fabricantes de neumáticos dispongan casi de las mismas medidas en los neumáticos de invierno que en los de verano.
4. ¿Poseen un código de velocidad diferente?
Mantienen las mismas exigencias de homologación. Pero sí, en determinadas medidas ofrecen un código menor al estar más simplificada la oferta existente, lo que no supone ningún problema legal.
5. ¿Aumentan el consumo de combustible?
El aumento de consumo es prácticamente inapreciable respecto a un neumático convencional.