
Nuestra casa es el lugar donde transcurre nuestra vida íntima y familiar. Para la mayor parte de la población, en el hogar transcurre un buen número de horas de su vida.
Quizás no solemos pensar demasiado en los peligros que la casa encierra y, sin embargo, las estadísticas nos indican que son muchos los accidentes que allí se producen.
En realidad, el hogar puede ser un lugar peligroso. Y si uno se pregunta por las causas comprobará que la presencia de aparatos e instalaciones que utilizan el gas o la electricidad es numerosa; y así nos encontraremos con gran cantidad de equipos provistos de motores, aspas o cuchillas que, además de proveernos gran confort, pueden provocar situaciones peligrosas.
Por otro lado, la presencia de productos químicos en forma de detergentes, productos de limpieza, fertilizantes o insecticidas es también una forma de peligro.
Por último, si se analiza la cantidad de medicamentos que, al alcance de cual- quiera, se encuentran distribuidos en nuestros hogares, comprenderemos lo peligrosa que es la presencia de los mismos. Este peligro viene potenciado por su atractiva presentación.
A todo ello cabe añadir el desconocimiento del peligro por parte de los niños que viven en el hogar, así como la poca atención que normalmente los adultos prestan a estas cuestiones y la ausencia, en consecuencia, de hábitos y comportamientos seguros.
La combinación de todos estos aspectos produce, sin duda alguna, situaciones de alto riesgo que pueden derivar, y de hecho lo hacen, en accidentes.
Fuente: ICASEL