
¿Alguna vez os habéis imaginado cómo serían nuestros trabajos y nuestras vidas si no existiera la electricidad? pues, por ejemplo, no existirían montacargas, ni elevadores, ni ordenadores, ni la mayoría de aparatos que hoy en día nos facilitan las tareas. La electricidad ha aportado a nuestras vidas y nuestros trabajos muchísimas ventajas y confort. Estamos tan acostumbrados a ella, que a veces no recordamos que tanto la utilización de aparatos conectados a la red como el trabajo en instalaciones eléctricas, conlleva una serie de riesgos y que por ello deben adoptarse medidas preventivas.
En la actualidad, con el avance de la tecnología, las instalaciones, equipos y máquinas disponen de sistemas de seguridad más específicos y precisos que han hecho descender los accidentes por contacto eléctrico. En este mismo sentido, mediante la formación/ información, se ha de continuar la labor de sensibilización para evitar aquellas conductas inadecuadas que se encuentran en el origen de los accidentes con consecuencias más graves para la salud del trabajador.
Esperamos que esta guía de buenas prácticas sirva para recordar la importancia de disponer de unas instalaciones y unos equipos de trabajo con un buen mantenimiento eléctrico-preventivo, seguir las normas de prevención y de protección frente al riesgo de sufrir un accidente eléctrico tanto, a los trabajadores que por sus tareas realizan intervenciones directas en instalaciones y equipos como a los usuarios de los mismos.
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