Hay constancia de que desde tiempos muy remotos se conoce la existencia de las cargas eléctricas y del fenómeno eléctrico, así Tales de Mileto (siglo VI a. C.) observó que, después de frotar una barra de ámbar con un paño, la barra atraía objetos ligeros. Con el paso de los años se ha ido demostrando que la generación y acumulación de cargas eléctricas es un fenómeno que está íntimamente ligado a la estructura atómica de la materia.
Los átomos que componen la materia se componen a su vez de partículas subatómicas. Las principales partículas subatómicas son los neutrones y protones ubicados en el núcleo del átomo, con carga eléctrica neta positiva y los electrones que orbitan alrededor del núcleo, con carga neta negativa. Normalmente los átomos (cuando no se trata de iones) tienen una carga neta total neutra. Esto quiere decir que la carga positiva es de igual magnitud que la carga negativa. También suele decirse que el número de protones iguala al número de electrones.