
¿Es posible que las empresas españolas no se fíen de sus empleados? Si no, ¿cómo se explica que el 76% de las compañías de nuestro país bloquee el acceso a las redes sociales? Pero no estamos solos, en Reino Unido son un 50%, en Alemania un 23% y en todo el mundo un 40%.
Las empresas aseguran que el bloqueo ayuda a prevenir la pérdida de productividad y el riesgo de recibir virus informáticos o filtrar información confidencial. Según un informe de Cisco, España es uno de los países europeos donde más tiempo se pasa en las redes sociales durante el horario laboral: 30 minutos al día frente a los 25 de Francia o 20 de Alemania.
“El fondo de la cuestión está en la motivación de los empleados. Un empleado que pierde el tiempo no lo hace por tener acceso a las redes sociales. Si se las prohíbes perdería el tiempo en otra cosa. El problema está en su motivación, no en internet”, asegura Juan Pedro Herrera, director de recursos humanos de Lilly que, junto a Vodafone, BBVA o Ferrovial, practica una política de libre acceso a las redes sociales. Shell tampoco bloquea el acceso a los social media, aunque cada vez que un empleado accede a una de estas páginas un pop-up automático le recuerda su uso moderado.
Por otro lado, en muchas de las empresas que limitan el acceso se produce una interesante paradoja, ya que mientras promocionan los perfiles corporativos en las redes sociales, prohíben a sus empleados acceder a ellas. En Iberdrola, por ejemplo, el acceso está cerrado aunque aseguran estar “analizando diversas posibilidades para permitir a los trabajadores conectarse. En Acciona, sólo el 50% de sus 10.000 empleados puede acceder a los social media: “no es una política restrictiva, son páginas que no aportan nada positivo en según qué puestos.