El día mundial de la seguridad laboral coincidió con uno de los accidentes más graves de los últimos años. El derrumbe de un edificio en Bangladesh que acogía cinco talleres textiles, un centro comercial y un banco, ha provocado la muerte de, al menos, 360 trabajadores, la mayoría mujeres. Hay unos 1.200 heridos y 900 desaparecidos.
No reunía las más mínimas condiciones de seguridad. El establecimiento, de 8 plantas, sólo tenía permiso para cinco y quería subir un piso más. Hacía unos días una inspección policial comprobó la existencia de grietas y se decretó el desalojo pero la orden fue desobedecida. Los sindicatos bangladesíes llevan años luchando para que las casi 4.500 fábricas del textil cumplan las normativas internacionales básicas tanto en los edificios como en las enfermedades laborales, pero de momento la respuesta de las autoridades es el silencio.