
El Sécurité Routière (Departamento de Seguridad Vial de Francia), está relacionado directamente con el Ministerio del Interior, que a su vez trabaja en conjunto con el Ministerio de Ecología, Desarrollo Sostenible y Energía, encargado de los temas relacionados con los vehículos.
Cuenta con una amplia cantidad de funciones, entre las que destacan la implantación de políticas de información y comunicación y Educación Vial; gestionar el reglamento de la Ley de Tráfico o desarrollar normas para la señalización y la circulación.
Uno de los grandes éxitos de este departamento nacional para la Seguridad Vial francesa es la reducción de las cifras de fallecidos, un logro conseguido gracias a dos medidas, el endurecimiento de las penas a los infractores y las campañas mediáticas de concienciación y prevención.
El primer paso fue la aplicación del carnet por puntos, que sirvió de base para el de nuestro nuestro país, aunque menos estricto. Por ejemplo, en Francia los conductores noveles comienzan con 6 puntos (de 12) durante los primeros tres años, frente a los 8 de inicio en España y con una duración de dos años. Pero donde más resalta esta diferencia es en la capacidad de poder perder todos los puntos con una sola infracción, por ejemplo conducir bajo efectos del alcohol.
Pero el verdadero endurecimiento de la Ley de Tráfico llegó en 2003, cuando se implantaron nuevas normas como que el conductor responsable de una muerte o de heridos graves pueda llegar a sufrir una pena de hasta una década en prisión.
Otro de los puntos clave para el buen funcionamiento de la Seguridad Vial en Francia fue el aumento de radares en casi todo tipos de vías, llegando el Gobierno francés a instalar 1.000 radares entre 2004 y 2005, dando como resultado en una diferencia de cuatro años (2002 y 2006), la reducción de la velocidad media de 90,5 km/h a 82,2 km/h; la disminución de los exceso de velocidad de un 39,5% al 17,1% y los grandes excesos de velocidad, un 5%.
Los promulgadores de las campañas violentas y criticados en múltiples ocasiones por su dureza, han conseguido que sus conductores se centrarán e identificarán los principales riesgos a la hora de conducir: distracciones, velocidades y alcohol.
Cierto es que en los últimos años se ha ido reduciendo esta dureza, pero eso sí, sin que el mensaje pierda fuerza, mostrando las auténticas consecuencias.
Pero esta no es la única forma para concienciar a sus ciudadanos y promover la Seguridad Vial en Francia, desde hace unos años existe la Educación Vial para la infancia, en donde los más pequeños reciben las primeras nociones sobre seguridad vial.
Cuando crecen (12-13 años), los niños obtienen el Certificado escolar de seguridad vial de primer nivel, necesario para obtener el carné de conducir de ciclomotor. Por último (14-15 años) los niños reciben Certificado escolar de seguridad vial de segundo nivel, necesario para la obtención del permiso de conducir.
Fuente: acelera