El uso cada vez más extendido de equipos electromédicos con fines de diagnóstico y rehabilitación a hecho que la exposición a radiaciones no ionizantes por parte del personal sanitario que aplica dichos tratamientos se vea incrementando considerablemente. Hoy María Sierra Pelletan, Directora Adjunta de Operaciones de MC PREVENCION, nos informa de los riesgos derivados y que medidas preventivas adoptar.
Aunque las radiaciones no ionizantes no contienen tanta energía como las ionizantes, por lo que su peligrosidad y capacidad de producir daño es inferior, no se pueden desestimar sus efectos biológicos, más aún, cuando los resultados de los estudios realizados al respecto son contradictorios y no terminan de ser concluyentes. Se insta por tanto, al principio de precaución, reducir la exposición al mínimo posible.
El personal sanitario está expuesto a un amplio rango de radiaciones no ionizantes, que van desde las ultravioletas, infrarrojo, láseres, microondas, radiofrecuencias y campos electromagnéticos de baja frecuencia.
¿Qué tipo de daños pueden producir?
Los posibles daños biológicos que estos tipos de radiaciones pueden producir en el organismo dependen de su frecuencia, contenido energético y capacidad de penetración.
- Las radiaciones ultravioleta se utilizan principalmente en actividades de esterilización de instrumental médico con lámparas germicidas, tratamientos dermatológicos y tratamientos dentales. Este tipo de radiaciones producen efectos adversos sobre la piel: eritema, pigmentación de la piel, quemaduras y cáncer de piel. También producen daños sobre los ojos: fotoqueratitis, fotofobia, catataras, etc.
- La utilización de los láseres está muy extendida en el sector sanitario y suele ser común en dermatología, ginecología, neurocirugía, odontología, urología u oftalmología. Se trata de sistemas que emiten radiación electromagnética en una estrecha banda de longitud de onda correspondiente a las radiaciones ópticas (ultravioleta, visible o infrarrojo). La mayor parte de los láseres utilizados en centros sanitarios son de alta potencia de las clases 3B y 4. Los riesgos para la salud derivados de la exposición a los láseres están prácticamente limitados a los ojos, aunque los láseres de clase 4 también pueden afectar a la piel.
- Las radiofrecuencias y microondas se emplean en unidades de fisiología y rehabilitación, donde se utiliza la técnica de diatermia que consiste en la aplicación de calor sobre zonas del cuerpo del paciente, mediante este tipo de radiaciones. El objetivo de esta técnica es la absorción de edemas, hematomas, alivio del dolor e incremento de la circulación periférica. El principal efecto biológico que las radiofrecuencias y microondas producen en el organismo es el incremento de la temperatura corporal.
Puedes ver las recomendaciones y medidas a a adoptar en el blog Actitud 24