
Un estudio elaborado por la confederación sindical TUC en Inglaterra, en el que participaron 1.500 mujeres, halló que un tercio de las encuestadas reconocieron haber sido sometidas a bromas desafortunadas en su entorno laboral, mientras que una de cada cuatro fue objeto de comentarios de cariz sexual relacionados con su cuerpo o su ropa.
También se desprendió que una de cada cuatro mujeres había sufrido “tocamientos” no deseados y que una de cada ocho afirmó que alguien de su trabajo había tratado de besarla.
A la vista de estos datos, el informe determinó que el nivel de acoso sexual en los lugares de trabajo es actualmente “vergonzoso” y que las féminas son víctimas de comentarios sexuales e incluso de exigencias de favores sexuales.
El TUC indicó que el problema se agrava en el caso de las mujeres más jóvenes, al haber encontrado que casi dos tercios de las chicas de entre 18 y 24 años afirmaron haber sufrido acoso en sus entornos laborales. En la mayor parte de esos casos, el agresor era un varón, y casi una de cada cinco participantes en el estudio afirmó que el autor del acoso era un jefe o alguien con autoridad directa sobre sus empleos.