
La Promoción de la Salud en el Trabajo (en adelante PST) tiene por objetivo aunar los esfuerzos de empresarios, trabajadores y de la sociedad en su conjunto para mejorar la salud y el bienestar de las personas en el lugar de trabajo (Declaración de Luxemburgo, 1997). Se trata por tanto no sólo de hacer prevención de los riesgos laborales, sino de incrementar la capacidad individual de la población trabajadora para mantener su salud y calidad de vida.
En febrero de 2016 dedicamos una entrada al modelo de Empresa Saludable y su aplicación en las Pymes. El modelo de Empresa Saludable definido por la OMS, lleva implícito las acciones de promoción de la salud en el trabajo (un Entorno de Trabajo Saludable se define por la Organización Mundial de la Salud –OMS– como aquel entorno en el que los trabajadores y jefes colaboran en un proceso de mejora continua para promover y proteger la salud, seguridad y bienestar de los trabajadores y la sostenibilidad del ambiente de trabajo…).
Llegados a este punto, esto es, desarrollando programas y acciones de promoción de la salud en el trabajo, teniendo un modelo de gestión basado en el modelo de empresa saludable, ¿queda algo más por hacer? ¿y después qué?. Puede parecer que me he adelantado mucho porque la realidad aún está lejos de acercarse siquiera a hacer alguna acción de PST en muchas empresas pero…¿ y para aquellas empresas (afortunadamente cada vez más) que ya han desarrollado programas y acciones de PST o incluso disponen de sistemas de gestión basados en el modelo de Empresa Saludable? ¿Se acabó el trayecto?.
Pues la respuesta es no. De la PST, del modelo de Empresa Saludable, debemos ir hacia los modelos de Salud Integral o Salud Total.
La OMS en 1948 definió la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Esta definición no se ha modificado desde entonces. Así, nos encontramos con que la salud es única, no pudiéndose desvincular nuestra salud personal de nuestra salud laboral.

Factores determinantes de la salud. M. Lalonde
A ese estado de completo bienestar sólo se llega cuando hay un equilibrio entre los factores físicos, biológicos, emocionales y por supuesto sociales. Sólo así las personas se desarrollan en todos los ámbitos de su vida y alcanzan ese estado de bienestar.
Las políticas y programas de Salud Integral no deben ser promovidos única y exclusivamente desde la Administración, sino que de ellos deben participar también las organizaciones empresariales (entiéndase empresas), los trabajadores, Servicios de Prevención, sistemas sanitarios privados.. Es necesario una coordinación público-privada de políticas que se preocupen del bienestar de la población en general (obviamente los trabajadores forman parte de esa masa poblacional), y que fomenten hábitos y estilos de vida saludables y preventivos, tanto laborales como extralaborales. Ha de ser necesariamente así ya que la salud integral genera beneficio económico y social de importantísimas dimensiones; población más sana física, mental y socialmente, empresas más competitivas y productivas, sistemas sanitarios sostenibles…
Este sin duda es el camino que ha de seguirse, máxime si tenemos en cuenta que la siniestralidad laboral hoy en día se encuentra en:
- El estrés y la violencia en el trabajo.
- Los trastornos musculoesqueléticos.
- Patologías no traumáticas (infartos, derrames cerebrales y otras patologías no traumáticas).
- Accidentes de trabajo viales.
Conviene además tener presentes dos cuestiones que cada vez tienen más importancia tanto a nivel laboral como extralaboral; la edad de la población de un lado y de otro las enfermedades o patologías crónicas.
- Edad de la población: Es un hecho que la pirámide poblacional se está invirtiendo. Según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (2014-2064), el porcentaje de población mayor de 65 años, que actualmente se sitúa en el 18,2% pasaría a ser el 24,9% en 2029 y del 38,7% en 2064. La población laboral de mayor edad, puede ser más vulnerable a determinados riesgos, en gran parte influida por los cambios fisiológicos de la edad y el efecto de las enfermedades crónicas. Este cambio demográfico genera una presión importante en los erarios públicos debido al incremento del gasto en pensiones y socio-sanitarios, presión que sólo puede aliviarse si se prolonga la vida laboral, se mejoran las condiciones de trabajo y se promueve una salud integral de las personas. (Ver la actual campaña de la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo sobre Trabajos saludables en cada edad ).
- Enfermedades crónicas: Éstas deben preocupar y ocupar también no sólo a la Administración sino también a las empresas tanto por su coste socio-sanitario como por su repercusión en la competitividad y productividad de las empresas. Según la última Encuesta Nacional de Salud (2011-2012) la evolución de algunos de los principales trastornos crónicos y factores de riesgo muestra una tendencia ascendente. La hipertensión arterial, la obesidad (el 41,3% de la población se declara sedentaria), el colesterol elevado y la diabetes, todos ellos factores de riesgo cardiovascular, continúan su tendencia ascendente. Desde 1993, la hipertensión ha pasado del 11,2% al 18,5%, la diabetes del 4,1% al 7,0% y el colesterol elevado del 8,2% al 16,4%.
Está claro entonces que aún siendo la salud un asunto de primer orden para la población y todos los agentes implicados (Administración, empresas..) todavía hoy se dedican la mayoría de los recursos al tratamiento, rehabilitación… y no a la promoción y prevención (detección precoz, fomento de hábitos de vida saludables..).
Entonces, ¿cómo ir hacia la Salud Integral?. En mi opinión estas son algunas de las acciones que deberán emprenderse, potenciarse y favorecerse.

Y tú, ¿crees que es suficiente la Promoción de la Salud en el Trabajo? ¿Crees que la Salud Integral debe abordarse también desde la empresa? ¿Consideras alguna otra acción que nos lleve hacia esa Salud Integral? Te animo a completar esta entrada y a compartirla si te ha parecido interesante.
Bibliografía de consulta
Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2015-2020. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo.
Declaración de Luxemburgo.
Declaración de Yakarta de la OMS.
Encuesta Nacional de Salud de España 2011/12. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.
Proyección de la Población de España (2014-2066). Instituto Nacional de Estadística.
Sociedad efisaludable. La salud como fuente de beneficio económico y social. Innobasque. Agencia Vasca de la Innovación.
Informe Anual de Accidentes de Trabajo en España 2015. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT)
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