La población europea está envejeciendo. Se estima que en el 2028 se duplique el nombre de personas mayores de 65 años, que vendrá a ser un tercio de la población. España tiene una esperanza de vida de casi 83 años, y con más defunciones que nacimientos por primera vez desde 1941. El envejecimiento de la población está vinculado al envejecimiento de la población activa.

Sin embargo, se sigue utilizando según Adecco, el requisito de la edad en 3 de cada 10 procesos de selección, y solo un 4% de las ofertas de empleo se dirigen a los trabajadores senior. Esto parece, al margen de la posible discriminación, una contradicción por diversos motivos.
Demográficamente es ir contra la realidad de los hechos: de mantenerse la situación actual, la pérdida de población se concentrará en el tramo de edad entre los 30 y 49 años, habrá una menor incorporación de personas jóvenes al mercado laboral y un aumento de la proporción de trabajadores entre 55 y 64 años.
Es un hecho que muchos países ya apuestan por el retraso en la edad de jubilación para hacer sostenible nuestro sistema de pensiones y bienestar. ¿Pero a costa de qué o quién? Pues también es un hecho, que a más edad de las personas (para más inri, mayores de 65 años), más acentuación de los cambios en sus capacidades funcionales, con su consecuente efecto en el engranaje de las empresas. ¿Se ha pensado en este factor? ¿Se está invirtiendo para mantener y promocionar la salud de los empleados?
Cambios relacionados con el envejecimiento
La gente cambia a medida que se hace mayor, pero no seamos inocentemente trágicos, la palabra cambio no tiene connotaciones negativas implícitas, o al menos no las posee en exclusiva.
Está claro que implica unos cambios en las capacidades funcionales, de carácter físico y sensorial: pérdida de masa muscular y fuerza, disminución de la agudeza visual y auditiva, menor capacidad de reacción, fragilidad de la piel, y a ciertas edades se consideran población de riesgo para determinadas enfermedades
Pero la edad también aporta cualidades de gran valor: sabiduría y conocimientos técnicos, experiencia laboral, pensamiento estratégico y emociones reflexivas, capacidad de deliberar… atributos de peso en el mundo laboral.
En consecuencia, si es una evidencia que la población activa cada vez se concentrará entre las personas mayores de 45 años, con una tendencia a la alza y que la jubilación se prolongará hasta los 67 o más, sería sensato que las empresas invirtieran en salud.
Cambio de paradigma laboral: fomentar lugares de trabajo saludables (para todas las edades)
Es una obligación legal del empresario ofrecer un lugar de trabajo seguro y saludable a sus empleados, pero puede ir más allá y no quedarse solo en la prevención.
Una empresa saludable, es aquella que conjuga la responsabilidad y la competitividad, de manera que presta especial atención a las necesidades todos los empleados.
Se produce una implicación mutua:
“La empresa ofrece beneficios personales y profesionales al trabajador, y el trabajador satisfecho/feliz reporta beneficios al proyecto empresarial.”
Innegablemente estamos presenciando un cambio de modelo social, económico, tecnológico y generacional. Son cambios (a velocidad vertiginosa) que implican también cambios en el paradigma laboral.
Se ha pasado (o se tendrá que pasar) de un modelo productivo donde el indicador de éxito es el beneficio económico, a un modelo basado en los valores e intereses comunes donde los beneficios son para todos los actores de la empresa (empleados, clientes, empresarios, ciudadanos) directos o indirectos.
“Las empresas saludables aportan valor. El énfasis está en las relaciones y el foco en el bienestar de todos, así que aportan felicidad.”
Y dentro de este cambio de paradigma, indudablemente aparece el concepto de envejecimiento, que antes que verse como un concepto negativo debe transformarse en una fuente de más conocimiento, mayor experiencia y mejores oportunidades.
Gestión de la salud y la edad en la política empresarial
Ante este nuevo escenario: ¿Cuáles son las claves para gestionar con éxito la edad en las organizaciones?
Es condición sine qua non el compromiso de la dirección. Su convencimiento y apoyo en integrar la gestión de la edad en los procesos de negocio de la organización es la base en el que se sustentan todos los programas y planes que se lleven a cabo.
Es necesaria la participación de los trabajadores y una escucha activa por parte de todos, pues el resultado será el beneficio y bienestar de todos a nivel personal, profesional y familiar. El esfuerzo personal y colectivo, y la creación de un entorno saludable fomentarán un buen funcionamiento y crecimiento óptimo.
A partir de aquí se marcarán unos objetivos que se alineen con las políticas de la organización y se establecerán unos planes, que serán sometidos a seguimiento y deberán ser evaluados periódicamente para mejorar el resultado.
Aunque el tema que nos ocupa en este artículo es la gestión integral del envejecimiento, el eje principal de todos los planes es que independientemente de la edad de los trabajadores, el objetivo es que lleguen a su jubilación sanos.
Así es que dentro del plan de promoción de la salud, más allá de los diferentes programas concretos sobre el fomento de hábitos saludables, se contemplará:
- Promocionar el envejecimiento activo.
- Establecer medidas de conciliación.
- Poner en valor a las personas: quizás ya no es pertinente hablar de RRHH, sino que deberíamos hablar de Personas y Valores.
- Proteger la continuidad y fomentar la motivación.
- Beneficiarse del intercambio intergeneracional.
- Facilitar la adaptación al cambio tecnológico
- Ayudar a la transición hacia la jubilación.
Al final, la gestión de las edades dentro de un equipo humano, no es más que aprovechar el empuje, la frescura y la inquietud de los más jóvenes, y la experiencia, la capacidad de reflexión y prudencia de los más mayores, conjugarlo y ayudar a que todos lleguen a su destino en las mejores condiciones.
Fuente: http://worker.eguides.osha.europa.eu/ES_es, Jornada Técnica “La riqueza de las edades en el trabajo”
Fuente y Foto: http://blogs.lavanguardia.com/la-curva-de-paus/2016/11/09/edad-y-empleo-si-es-pais-para-viejos-14388/
