Noviembre 2018. Isfahán (Oriente). Centro de operaciones de los Reyes Magos.
Al calor del fuego, los tres viejos reyes conversan mientras hojean las últimas cartas que les han llegado desde todos los rincones del planeta:
- ¿Os habéis dado cuenta?, cada vez más los niños y niñas piden más videoconsolas, móviles, tabletas y todos esos artilugios modernos – comentó Balta.
- Es verdad Balta, aún me acuerdo cuándo nos pedían cochecitos y muñequitas, ¡qué tiempos! – contestó Mel.
- No seáis antiguos, hay que actualizarse. – indicó Gas.
- Tienes razón Gas, hay que actualizarse, pero no me negarás que cada vez es más difícil acertar con los juguetes, que si no han de ser sexistas, ni belicistas, ni racistas, que sean respetuosos con el medio ambiente… nuestros pajes tienen que filtrar un montón de pedidos y aún así se nos cuelan algunos. – dijo Mel.
- Aunque lo de los adultos es todavía peor, ahora piden cosas rarísimas, y muy caras por cierto, como una rinoplastia, un viaje a las Seychelles o un Masheratti – comentó Balta.
- Ya te dije Mel en su día que no era buen precedente haberle llevado oro al niño Jesús… – le espetó Gas.
- La verdad es que esos artilugios tecnológicos modernos nos han quitado bastante trabajo, ahora con uno de esos los chavales tienen regalo de sobra, aunque hay que decir que luego se pasan todo el día pegados a las pantallitas enganchados a esos horribles juegos de guerras y batallas o a las que llaman redes sociales que de verdad los tienen tan “enredados” que no salen de ellas. – apuntilló Balta.
- Eso es verdad querido Balta, y a eso hay que añadir que el gordinflón yanqui ese vestido de rojo que todos los años se nos adelanta en entregar los regalos también nos ha quitado trabajo. – dijo Mel.
- Si es cierto, pero hay que decir que nunca tendrá el glamour y la magia que nosotros tenemos, lo suyo es muy postizo, como de cartón piedra, es el low cost de los repartidores de regalos. – dijo Balta.
- Puede ser, pero creo que no estaría de más que vayamos pensando en actualizarnos nosotros también – insistió Gas.
- No sé Gas, las últimas veces que hemos tratado de modernizarnos algo no ha salido muy bien la verdad… – dijo Balta.
- Ya, pero a este paso no nos va a pedir regalos ni el dromedario.
- Eh, escuchad esto!, aquí un niño pide sólo dos libros de lectura y un diccionario nuevo, esto es de mérito hoy en día. ¡Concedido¡.
- Mira que hemos difundido miles de veces que no por poner más larga la lista llevamos más regalos. Mirad esta, parece la lista del Orientmarket cuándo va Balta a comprar. – comenta jocoso Gas.
- ¡Pues anda que este adolescente!, pide una moto de gran cilindrada, un viaje a una isla paradisiaca y que apruebe los exámenes sin estudiar. ¡Denegado!.
- Mirad la tal familia Mondego, con lo de siempre, qué les toque la lotería…, creo recordar que ya son varios años seguidos que lo piden. No se enteran que eso está fuera de nuestras competencias.
- No, si al final habrá que encargar otra remesa de carbón…
- Por cierto, este año deberíamos contenernos un poco al principio, pues todos los años nos hinchamos a galletas y turrón al principio y luego vamos que no podemos ni bajar por las chimeneas.
- Si es que ya os dije que habría que enviar un aviso de que las viandas deberían ser más variadas, aún me acuerdo del jamón que nos pusieron en aquella pequeñita ciudad de la Iberia, como era…
- Teruel creo recordar…
- Teruel si, muy bonita, y el jamón…mmmm… espectacular.
- Si ya claro, vosotros os meteríais todo lo que os pusiesen, pero si no les dejáis nada a los pobres camellos.
- Pues que ya estaría bien que pongan comida de camellos para los camellos, que aunque se comen cualquier cosa, lo suyo son plantas secas de aquí del desierto.
- Gracias podemos dar si en las casas se dignan en poner el Belén, que ya escasean en muchas de ellas. ¡Y luego quieren que les llevemos regalos!…
- Eso es cierto, ahora con el abeto ese del gordinflón se bastan en muchas casas, ¡cómo si en el desierto hubiese abetos!…
- Bueno por lo menos no nos ponen como colgajos en las ventanas y balcones tanto como a él.
Mel, coge una de las cartas del montón que están revisando y se pone a leerla en voz baja;
Queridos Reyes Magos de Oriente,
Os pediría muchas cosas pero no estoy segura de haberme portado tan bien este año, aunque sé que es muy difícil sólo os pediré una cosa, que es que mi papá se recuperé del accidente que tuvo este año trabajando y pueda volver a trabajar para que todo vuelva a la normalidad.
Desde que ocurrió el accidente mi papá y mi mamá no tienen tanto dinero para la casa, yo he tenido que dejar las clases de ballet y mi hermano Alex las de baloncesto. Pero eso no importa, lo que queremos es que papá vuelva a poder levantarse y andar y que vuelva a prepararnos el desayuno como antes y juegue con nosotros y con nuestro perro Toby en el jardín. Además, desde que se cayó trabajando ya no es el mismo, está muy triste y apenas habla. Mi mamá también está muy triste, cuándo no la vemos se pasa el día llorando. El otro día les oímos que a lo mejor nos tenemos que mudar de casa a otra a las afueras más barata y que quizá papá no recupere su movilidad nunca, y eso que algo ha mejorado gracias a las manos de Mari, esa masajista tan buena que hay dónde va papá a hacer rehabilitación.
También me gustaría que lo que le ha pasado a nuestro papá no le pasé a ningún otro, que haya mucha seguridad en su fábrica y que todo el mundo le haga caso a ese señor del casco y del chaleco que dice papá que es el que les dice a todos qué hacer para no hacerse pupa. Yo he decidido que voy a estudiar para eso, para que las personas no se hagan pupa en el trabajo y todos los niños puedan jugar con sus papas sanos.
Clara
Balta, tú eres el encargado de los temas de salud, no?, pues encárgate de este – Mel le entrega la carta a Balta.
FELIZ NAVIDAD, FELIZ AÑO NUEVO Y FELICES REYES MAGOS
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