El término “economía colaborativa” (sharing economy) designa un “cajón de sastre” donde coe-xisten actividades de distinto tipo, y que quizá presentan tan solo una característica común, consistente en que todas estas manifestaciones están basadas en las tecnologías de la información y comunicación, que permiten la creación de redes sociales virtuales, plataformas y portales web donde se pueden re-alizar interacciones entre individuos de forma masiva. Se trata de un “sistema económico” en el que se “comparten o intercambian” bienes y servicios a través de plataformas digitales.
El “trabajo colaborativo” se define como aquellos procesos intencionales de un grupo para al-canzar objetivos específicos, las nuevas tecnologías pertrechan de las herramientas para dar soporte y facilitar este tipo de interacciones. Este concepto surge específicamente a partir de las posibilidades que ofrece Internet para participar en proyectos masivos, lo que se ha convertido en un modo común de “trabajo libre” (como sucede por ejemplo con Wikipedia, Linux y el Proyecto Gutenberg). El originario trabajo colaborativo es también llamado producción entre pares (peer production) o colaboración de masas (mass collaboration). Este trabajo se basa en los principios filosóficos del bien común y del al-truismo y en unos cuantos principios operativos, con enfoque por resultados, que guían al proyecto, y que comparten quienes toman parte del mismo, generalmente voluntarios, que son expertos o al menos conocedores de la información que ponen de manera abierta. La base del trabajo colaborativo es la de compartir el conocimiento (el “conocimiento abierto”).