
Actuar sobre la cultura de seguridad requiere una perspectiva integral de la seguridad, a través de acciones coherentes sobre las dimensiones técnica, de gestión de la seguridad y de los factores humanos y organizativos. La perspectiva de «cultura de seguridad» no puede ser un paliativo para una acción insuficiente en estos tres ámbitos.
¿En qué puntos hay que incidir para mejorar la cultura de seguridad? Si bien la técnica, las reglas y las competencias de los hombres y mujeres son indisociables, los mayores márgenes de avance se encuentran en el ámbito de los factores humanos y organizativos.
Las preocupaciones por la seguridad han vivido diversas fases de desarrollo cronológico en las que cada dimensión se ha ido sumando a las precedentes para mejorar los resultados en materia de seguridad:
• en primer lugar, están las acciones técnicas: integridad de las instalaciones, redundancias, detectores de deficiencias, automatismos de protección…
• luego está el desarrollo de sistemas de gestión de la seguridad (SMS): formalización del conjunto de los procesos, procedimientos y normas implantados para mejorar la seguridad.
• por último, y más recientemente, el reconocimiento de la importancia de los factores humanos y organizativos (FHO), es decir, la identificación y toma en consideración de los factores que condicionan una actividad humana eficiente y segura.
Estos tres «pilares de la seguridad» -técnica, SMS, FHO- no son independientes: unos dispositivos técnicos bien diseñados, bien mantenidos y unas reglas claras y aplicables favorecen una actividad humana segura.
La cultura de seguridad de la organización influye profundamente en las decisiones que se toman en los tres ámbitos:
• la parte de las inversiones en seguridad, la vinculación de la empresa con el diseño y los recursos dedicados al mantenimiento constituyen el pilar técnico,
• la implantación del SMS puede ser simplemente una manera de satisfacer exigencias externas o una ocasión para que distintos actores trabajen juntos sobre las situaciones peligrosas que pueden darse y sobre las medidas más adecuadas para prevenirlas,
• ¿se percibe al ser humano como la fuente principal de riesgos —a causa de sus muchos errores— a la que hay que poner límites mediante sanciones frecuentes o como una fuente individual y colectiva de seguridad cuya contribución positiva hay que favorecer a través de formación, medios de trabajo y lugares de debate adaptados?
PONER EL FOCO SOBRE LOS FACTORES HUMANOS Y ORGANIZATIVOS
Hay cuatro componentes de los factores humanos y organizativos que contribuyen a la seguridad:
• los individuos: competencias, formación, estado de salud…
• la situación de trabajo: diseñada o no en función de las características humanas y de las tareas que hay que realizar,
• los colectivos de trabajo: calidad de los colectivos y de los debates, transmisión, vigilancia compartida…
• la organización y la gestión: en especial la función de los directivos, la implicación de los empleados en la elaboración de las reglas, el tratamiento participativo de las situaciones problemáticas…
El de los factores humanos y organizativos sigue siendo el campo con mayores márgenes de progreso en numerosas empresas. Se trata de identificar e implantar las condiciones que favorecen los comportamientos más seguros en todos los niveles de la empresa.
Con demasiada frecuencia, se recurre al error humano para explicar los accidentes cuando este no es la causa última de los mismos, sino la consecuencia de otros fallos de organización.

Fuente: https://www.icsi-eu.org