George Turklebaum falleció un lunes mientras trabajaba, pero no fue hasta el sábado cuando lo encontró un empleado de la limpieza. Este caso, ocurrido en Nueva York hace ya casi siete años, seguramente hoy sería improbable, porque los trabajadores de cubículo y despersonalizados están extinguiéndose. Como éstos, son varias las especies de oficina que están desapareciendo en favor de otras más evolucionadas que ahora pide el mercado de trabajo. Bienvenidos al darwinismo laboral. Noelia de Lucas, directora comercial de Hays España, asegura que estamos en la era de los profesionales válidos. “En estos momentos, en los que se está midiendo al milímetro la productividad dentro de las empresas, las compañías buscan perfiles orientados a resultados”. De ahí que De Lucas considere que los llamados pasilleros, aquellos que se dedican a pasearse por la oficina aparentemente muy ocupados pero sin mucho que hacer, estén en peligro de extinción. Quienes pululaban por los pasillos para dejarse ver, ahora tienen que demostrar que hacen su trabajo y son eficaces. Paco Muro, presidente ejecutivo de Otto Walter, recuerda que en los tiempos de bonanza había de todo: “Los que empujaban el carro, los que les ayudaban, los palmeros y una larga lista de tribus”. Hoy, sin embargo, “quienes ya no tienen sitio son los pelotas. Los que también están desapareciendo son los que tan sólo ayudaban en algo muy concreto que ya no es importante, porque las estructuras están muy ajustadas y, o aportas valor y estás dispuesto a hacer la tarea que toque para que el equipo triunfe, o tendrás que dejar tu puesto a alguien con ganas de hacerlo”. El problema es que esta criba no está afectando sólo a las especies tóxicas. El presidente de Otto Walter reconoce que una figura que parece escondida es el motivado: “Con tanto recorte, ajustes, malos resultados, peores noticias, disminución del volumen de negocio y crisis por todos lados, la motivación está bloqueada. El desánimo es muy contagioso y multiplica con mensajes negativos que no aportan nada”. Más información
Y tú… ¿De qué tipo eres?
El trepa. Tiene poca empatía, lo que le permite llegar a lo más alto caiga quien caiga.
El pelota. Uno de los que están desapareciendo, porque las empresas exigen resultados.
El medallista. Aquel que intenta apuntarse los logros del equipo.
El que nunca tiene la culpa. Se escuda en los demás y no duda en cargar responsabilidades a sus compañeros.
El agobiado. No maneja bien el estrés y puede contagiar su estado de ánimo al resto.
El feliz. Está contento con su puesto en la empresa y se muestra agradable con el resto del equipo.